Códigos

Por Maru Vázquez

Los códigos visuales están en aquellos elementos, a veces más intangibles que tangibles, que nos permiten decodificar el mundo que nos rodea y comprender la razón de la existencia de las cosas o la naturaleza de ellas.

Desde que llegué a este lugar mágico y maravilloso, he recibido mucha información a nivel sensorial que me ha llevado a sanar mi ser y a entender el propósito de un cambio de lugar y de vida.

Cuando llegué a San Miguel me di cuenta de lo rota que me sentía, junto con la pandemia, encontré una oportunidad. Como muchos de nosotros, reconocimos globalmente que había una necesidad de comenzar de nuevo.

Cuando cumplí 60 vueltas alrededor del sol, me di cuenta de que mi vida era un renacimiento. Al cambiar de la Ciudad de México a San Miguel, el silencio que comenzó a vivir aquí me llevó a una indescriptible sanación y paz interior que no había conocido.

El confinamiento que vivimos con la pandemia me ayudó a escuchar mi voz interior y renovar mi estructura interna de una manera orgánica, lenta, coloquial a mi lenguaje auténtico y sentimientos más íntimos.

A partir de ese momento, mi sensibilidad aumentó, mis meditaciones se hicieron más intensas, más profundas, mi trabajo adquirió otro significado y una verdadera causa que le dio el sentido de servir, apoyar y crecer.

Mi trabajo interior ha sido más común y claro para guiarme en el camino y mi intuición se convirtió en la brújula de todo.

Esta exposición realmente es mi gratitud a los códigos que se me han mostrado sobre este lugar, el mundo, las montañas, la tierra, la complejidad de las emociones, el encuentro con la luz, el encuentro conmigo y la capacidad de observar cuidadosamente lo que sucede dentro y, lo más importante, a mi alrededor.

Son más que yo, ya que son los mapas del Universo que me regalaron a través de mis manos, mapas ahora regalados a las personas que resuenan con ellos y conmigo y también de cómo entiendo las cosas hoy y la importancia de cada uno de ellos en toda su profundidad.

Soy un alma que se convirtió en un ser con un código personal diseñado, para tratar de ser y hacerlo mejor, para continuar desarrollando los dones que me fueron otorgados y ponerlos al servicio de este lugar y de las personas que lo habitan.

Me sentí atraída por San Miguel y algo me trajo aquí no sólo para curarme, sino para encontrar esos códigos que antes eran indescifrables para mí y encontrar una manera de que sanaran a los demás. 

Esta pequeña colección es mi interpretación de lo que he encontrado aquí y de todo lo que agradezco a San Miguel.