Por Alejandro Angulo
Muchos nos preguntamos ¿qué hay detrás de una taza de café? Pues bien, déjame exponerte la numeralia del café de acuerdo a la Guía del Café 2022, para que tú, estimado lector, puedas apreciar aún más cuando bebas tu deliciosa taza de café.
El café se produce comercialmente en más de 50 países, y en el mundo se toman más de 3.000 millones de tazas al día. Se calcula que los ingresos anuales del sector cafetalero rebasan los $200.000 millones de dólares.
En las cadenas de valor existen desigualdades medioambientales, sociales y económicas. Los llamados a unos sistemas de comercio más justos y más éticos se han convertido en una prioridad mundial y están definiendo las tendencias de los consumidores.
Aun así, el café es uno de los productos básicos tropicales más importantes; por otra parte, la industria del café contribuye a las economías tanto de los países exportadores como de los importadores y es la bebida favorita de un número de consumidores cada vez mayor a escala mundial.
Pero también es uno de los productos básicos agrícolas más comercializado del mundo. Según estudios recientes, se ha registrado para el 2017 la cifra de exportación del 70 por ciento de la producción total del café, valorada en $19.000 millones de pesos. En tanto que para ese mismo año, el valor del sector en el mercado minorista se situó en $83.000 millones de pesos y creó empleo para 125 millones de personas.
A decir de Enveritas, existen 12,5 millones de cafetales en el mundo, alrededor del 95 por ciento tienen menos de 5 hectáreas y se consideran “pequeñas explotaciones”. Dichos cafetales se sitúan fundamentalmente en 20 países. Prácticamente la mitad de estas fincas se encuentran en Etiopía (2,2 millones), Uganda (1,8 millones) e Indonesia (1,3 millones). Vietnam, Burundi, Kenia y Colombia tienen más de 500.000 caficultores.
Los pequeños productores son el eje central de esta enorme industria mundial, pero resulta que al menos 5,5 millones de ellos viven por debajo del umbral internacional de pobreza (3,20 dólares al día), y los niveles de pobreza más acusados se registran en África y Oceanía.
A pesar de lo anterior, el sector mundial del café ha crecido considerablemente en las dos últimas décadas, con un incremento de la demanda del 65 por ciento y, como mínimo, 100 millones de familias dependen del café para ganarse la vida, pues se trata de una cantidad importante de puestos de trabajo y oportunidades económicas que se crean en torno a la cadena mundial de valor del café, van desde proveedores de insumos a los agricultores hasta comerciantes, elaboradores, tostadores, distribuidores, comercializadores, proveedores de embalaje, baristas y hasta los que se ocupan de la eliminación y reutilización o reciclaje de los residuos de café.
A pesar de las tendencias positivas del mercado, existen diferencias considerables entre los actores de la cadena de valor del café en términos de riesgo, ingresos, acceso a recursos y vulnerabilidad a la volatilidad de los precios y al cambio climático. Estas diferencias ponen trabas a la sostenibilidad del café y máxime si tomamos en cuenta que el descenso del 30 por ciento en los precios del café de estos dos últimos años tuvo repercusiones negativas para la vida de muchos caficultores.
México contribuyó con una producción media anual en los años de cosecha 2010/2019 con 4 millones de sacos de café (es el primer país productor de café orgánico). Los principales países productores y exportadores en 2019 fueron Brasil, Vietnam y Colombia. Mientras que los principales países importadores en 2019 fueron Estados Unidos, Alemania y Francia.
Si pensabas que sólo había unas cuantas especies de café déjame decirte que existen alrededor de 124 especies silvestres conocidas, pero solo dos se producen para el consumo —Coffea arabica y Coffea canephora, o sea, arábica y robusta. Sin embargo, la variedad arábica representa un porcentaje ligeramente más elevado de la producción mundial, entre el 55 y el 60 por ciento del suministro mundial de 2011 a 2017, mientras que la variedad robusta se cultiva a menores altitudes y es más resistente. Normalmente ofrece un fruto de menor calidad y gran parte se utiliza para producir café soluble.
Hoy en día la diferenciación que existe en el mercado en relación con la calidad considera tres segmentos: estándar, premium y especial.
Por último, hablemos del café y la salud, pues hay muchos mitos alrededor de una taza de café: El café contiene por naturaleza numerosos micronutrientes, en particular, potasio, magnesio, niacina y antioxidantes, y su composición nutricional varía en función de si se añade leche, nata, azúcar, etc. El café propiamente dicho prácticamente no tiene calorías. El principal compuesto bioactivo del café es la cafeína y una taza normal de café contiene entre 75 y 100 miligramos (mg) de cafeína.
Por ello, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, en un examen relativo a la seguridad de la cafeína, concluyó que es posible disfrutar de un consumo moderado de cafeína de 400 mg al día (el equivalente de hasta cinco tazas de café) como parte de una dieta saludable y equilibrada y un estilo de vida activo.
En las personas sanas, el consumo diario de tres a cinco tazas de café podría reducir el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Un estudio de 2017 sugiere que no existe relación entre una ingesta moderada de cafeína y el aumento de los riesgos de enfermedades cardiovasculares; arritmia (ritmo cardíaco irregular); insuficiencia cardíaca; alteraciones de la presión arterial o hipertensión arterial entre los consumidores habituales de café. Por otra parte, las investigaciones realizadas sugieren que la ingesta regular de café a lo largo de la vida puede ayudar a proteger del deterioro cognitivo asociado a la edad y de otras enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.
Para terminar, diremos que en la literatura actual se asocia la cafeína con la diabetes tipo dos pues las investigaciones apuntan a una conexión entre el consumo de tres a cuatro tazas de café al día con un riesgo aproximadamente de un 25 por ciento más bajo de desarrollar diabetes tipo dos, frente al consumo de ninguna taza de café al día o menos de dos.