Por Alejandro Angulo
En días pasados se dio a conocer la noticia de que tendremos agua para los próximos años (proveniente de la cuenca del Pánuco) y que para ello se construirá el Acueducto III. Sin duda, es una noticia alentadora y que apuntala la certidumbre en el futuro próximo, ¿pero eso es suficiente?
Me parece que la respuesta sensata es no, pues hay que contar con el volumen necesario de agua para satisfacer la demanda, sobre todo de la zona metropolitana I, además de que es responsabilidad de los demás actores reducir el volumen de consumo, ya que, al ahorrar agua en nuestras actividades domésticas, comerciales e industriales, contribuimos a lo siguiente:
- Menor volumen de extracción de agua (superficiales y subterráneas)
- Menor generación de aguas residuales
- Menor costo de energía en el traslado
- Menor impacto negativo en el caudal ambiental
Asimismo, como parte de la reducción en el volumen de agua, una opción oportuna es incrementar el porcentaje de aguas tratadas para obtener beneficios como:
- Disminuir el volumen de agua no tratada y utilizar el agua tratada conforme al enfoque de economía circular en los servicios sanitarios, mantenimiento de áreas verdes, obra pública y privada, y en los procesos industriales compatibles.
- Lograr que las descargas o vertimientos de aguas residuales a la cuenca Lerma-Chapala no contaminen el Río Lerma.
La calidad del agua y su tratamiento es indispensable en la cuenca Lerma-Chapala, ya que es una de las más importantes del país, pues se asienta la mayor parte de la población, se genera la mayor parte del PIB, se ubican los principales corredores industriales y se constituye la última frontera de contención de los procesos de desertificación que vienen del norte.
Todos los usuarios del agua debemos comprometernos a disminuir los volúmenes de consumo en nuestras actividades, además de hacer obligatorio el tratamiento y reúso de las aguas para algunos sectores económicos y públicos.
Otro aspecto relevante en el tema del agua es garantizar el caudal ambiental para contribuir a la conservación y mantenimiento de la biodiversidad, pues sin agua no hay vida, pero sin biodiversidad tampoco la hay.
El ser humano depende de la biodiversidad (silvestre, urbana y la agrobiodiversidad) para satisfacer sus necesidades a partir de los servicios ecosistémicos (de abastecimiento, como alimentos, medicinas, textiles, materiales de construcción, clima, agua y otros), de ahí que se necesite garantizar el volumen de agua para el consumo ambiental (caudal ambiental) y, en paralelo, transitar a la restauración ecológica de la cuenca.
Hoy en día el abordaje de la cuestión hídrica pasa por la visión de seguridad hídrica y democracia hídrica, en el marco del fenómeno emergente de la aceleración y concentración, que no escapa a la dinámica del agua.
Pensar en el abastecimiento de agua en la zona metropolitana de Querétaro es reflexionar sobre la aceleración (el tiempo menor que se requiere) y la concentración (espacial en la zona metropolitana).
Ante tal situación, la solución está en las manos de todos.