La Batalla Sobre la Reforma Energética

Por Alejandro Angulo  

Mientras se afilan los machetes y las discusiones sobre la reforma energética en el congreso, aún queda la suspicacia si en verdad algunos diputados de los partidos opositores votarán a favor del proyecto de reforma del gobierno o si, por otra parte, la bancada de los partidos a favor de la reforma integrarán algunos de los 12 puntos o en definitiva ninguno de ellos se incorporará al proyecto que se votará. Hasta el momento pueden ser nueve puntos de los 12 que se absorban a la propuesta y ello, si sucediera, podría cambiar el sentido del voto de los opositores.

Sin embargo, con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que avala la Ley de la Industria Eléctrica, el gobierno ahora tiene una ventaja y un mayor margen de negociación, sobre todo en las cuestiones que se refieren a dar prioridad a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sobre los generadores privados para alimentar del sistema eléctrico nacional, y remover a los particulares en la generación y distribución de energía eléctrica.

Cabe hacer notar que lo dicho por varios comentaristas y supuestos especialistas en el tema, que la reforma tendrá, de aprobarse, serios impactos sociales negativos. No obstante, en ninguna parte del documento se ha propuesto desaparecer el esquema de energía distribuida (la cual no rebasa los 500 kW), pues es ahí donde se plasma de manera objetiva la democracia energética que da cabida a toda participación en la generación de energía limpia, y si se revisan las estadísticas actuales nacionales y por Estado, son precisamente los ciudadanos los que están avanzando con o sin reforma, en la transición energética, mediante la instalación principalmente de celdas fotovoltaicas en sus hogares y en las Pymes. En mi libro Energía, Desarrollo y Medio Ambiente publicado en 2019, ya daba cuenta, por lo que lo que respecta al Estado de Querétaro, de que la producción de energías renovables por parte de los ciudadanos era, para el 2016, de 4,820 kW, y situándose el estado en la posición 9° a nivel nacional e incluso en el presente año, la SEDESU lanzó una convocatoria para las micro y pequeñas empresas, para la instalación de paneles solares con financiamiento del Fondo Ambiental.

Pero si esos críticos se refieren al impacto social negativo por las tarifas, es muy paradójico pensar que una empresa privada al generar energía la coloque en el mercado con un precio que subsidie al consumidor, esto realmente sería la utopía energética. En cambio, el Estado sí tiene la obligación de transferir subsidios al consumidor final, toda vez que su propósito no es la ganancia económica, sino brindar un servicio.

En realidad el resultado es del todo trascendente, pues se trata nada más, ni nada menos que de la energía, con la que se produce todo, con la que tenemos servicios, con la que conservamos los alimentos; es uno de los tres elementos condicionales, imprescindibles y vitales de la vida humana.

Se habla de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tendrá la mayoría para generar, distribuir y vender la energía, pero ¿acaso no es una dependencia que nos pertenece a todos los mexicanos? A diferencia de una empresa privada.