Arte y filosofía

Por Martin LeFevre

“El arte también es tan solo una forma de vida, y como sea que uno viva, uno puede, sin saberlo, preparase para él”.
Rilke

Las pinturas rupestres de animales en Lascaux en Francia están ejecutadas tan exquisitamente como los retratos de los grandes maestros renacentistas. ¿Por qué la gente del Paleolítico superior pintó con tanto amor y habilidad caballos, venados, vacas, cabras y bisontes?

No lo sabemos, pero la sensibilidad con la que retrataron a estos y otros animales resuena en el corazón de todo artista en la actualidad. La naturaleza humana, en todos sus aspectos creativos y destructivos, ya estaba completamente formada cuando los cromañones se encontraron con los neandertales en Europa cerca de 50,000 años atrás. 

Hay una fuerte correlación entre el comienzo del arte en tiempos prehistóricos y la emergencia de lo que los antropólogos llaman “humanos completamente modernos”. La conciencia humana no ha evolucionado y no puede evolucionar. Solo puede cambiar radicalmente, aunque tal no ha sido el caso hasta ahora. 

A mi parecer, el arte facilita esta gran transición, aún si el arte siempre se hace, en cualquiera de sus formas, por el arte en sí. Evidentemente, uno no tiene que ser un pintor o un escultor para ser un artista. Ciertamente, uno tiene que ser un artista de sí mismo antes de poder manifestar la belleza en su propia vida. 

Pasé mis treintas como estudiante de posgrado de filosofía en una de las pocas escuelas de filosofía continental en Estados Unidos. Necesitaba probarme a mí mismo que tenía lo que se requería para hacerla en la academia como filósofo, y después de un año logré ganarme el respeto de los profesores en esa gran facultad.

Así que me sorprendió bastante cuando mi mejor amigo en la facultad un día me dijo que  “me veía más como un artista”. Cuando le pedí que se explicara, mi extremadamente racional colega no pudo elaborar una explicación satisfactoria. Asumí que le faltaba algo de comprensión en cuanto a mi vocación filosófica. 

No es que pensara que los filósofos fueran superiores a los artistas, sino que nunca me había considerado un artista y quería más bien ser reconocido como filósofo. Ambas eran profesiones completamente diferentes, ¿o no?

Los artistas no son filósofos y no suelen filosofar, aunque un verdadero filósofo es un artista en un sentido esencial. Los artistas no sienten la necesidad de explicarse ni explicar su arte, y frecuentemente los espectadores de alguna manifestación artística encuentran algo en una obra de arte que incluso el artista no había conceptualizado. En cierto sentido, la interpretación artística define al arte. 

Los filósofos son, por definición, comentaristas del fenómeno. Así que hay una pequeña contradicción en tratar de definir a un verdadero filósofo como un artista. Para mí, la paradoja se resuelve al darse cuenta que la palabra no es la cosa, el mapa no es el territorio. Cuando las palabras y los conceptos se disuelven en la quietud de la mente, del arte o de la intuición filosófica, se engendra así un estado de intuición silenciosa. 

El arte en cualquier de sus formas, de manera fundamental, implica una relación con la belleza de la naturaleza. Eso no significa que uno tiene que pintar paisajes, solo que uno refleja la esencia de la belleza de alguna manera. La esencia de la belleza, sin embargo, va más allá de las líneas, las formas y el color en la naturaleza. La belleza no se expresa necesariamente en algún producto artístico.

Todos los seres humanos que profundizan en su intuición se inspiran en los sentidos del cuerpo, los sentimientos del corazón y las facultades de la mente. En ese sentido cualquiera puede ser un artista. Por lo tanto el arte se manifiesta como nuestras relaciones con otros y nuestro trabajo, y refleja atisbos de aquello que no puede ser expresado tangiblemente. 

¿Así que cuál es la relación entre el pensamiento simbólico complejo, manifestado por primera vez en las paredes de las cuevas que recorrían los Homo sapiens en Sudáfrica y Europa, y el arte? ¿Acaso nuestros parientes más cercanos, los neandertales, eran capaces de producir arte así como lo conocemos?

Revisemos un pasaje tomado de un artículo reciente en National Geographic: “¿Cómo eran en realidad los neandertales –y por qué se extinguieron?”

“Un gran avance fue el descubrimiento de que los neandertales quizás fueron capaces de formular pensamientos simbólicos. En 2018, algunos científicos anunciaron que habían descubierto pinturas rupestres de más de 65,000 años de antigüedad –las más antiguas muestras de este tipo de arte hasta ahora conocidas. Pero la naturaleza abstracta de este tipo de arte todavía enciende los debates en el seno de la comunidad científica cuando se intenta acertar qué tan complejas eran sus capacidades mentales”. 

Esto me resulta algo jocoso. Los bosquejos burdos e infantiles y los grabados a mano que los neandertales supuestamente crearon tan solo demuestran que su arte era casi infantil y que surgía de un pensamiento simbólico rudimentario. 

A pesar de los intentos malintencionados por borrar las fronteras entre el Homo sapiens y el Homo neanderthalensis, estos no eran nuestros pares en un sentido cognitivo. Eso no implica que nuestra especie fuera superior en un sentido moral. Los perseguimos, los asesinamos y en algunas ocasiones nos cruzamos con ellos hasta que dejaron de existir como una especie en sí misma, algo muy similar a lo que los colonizadores han hecho a lo largo y ancho de todo el mundo con pueblos indígenas, quienes sí eran los pares de sus conquistadores en términos cognitivos. 

Los neandertales ciertamente poseían una capacidad primitiva para crear arte, y sus herramientas y habilidades para la cacería atestiguan que poseían la capacidad para formular pensamientos simbólicos. Sin embargo, el arte en las cuevas de los cromañón –los Homo sapiens que se encontraron con los neandertales– presagiaba ya el que aparecería en la Capilla Sixtina, indicando desde aquel entonces la presencia de humanos completamente modernos que poseían y eran poseídos por el pensamiento simbólico. 

“Cualesquiera que hayan sido sus capacidades cognitivas, los neandertales estaban condenados a desaparecer”, concluye el artículo de National Geographic. No estaban condenados por la aparición de algún acontecimiento natural, sino por la presencia del Homo sapiens, de nosotros, que en la actualidad estamos llevando al punto de la extinción a tantas otras especies con las que se supone que compartimos el planeta. 

La gran paradoja es que nuestras capacidades cognitivas, que se basan en pensamientos simbólicos complejos (también conocidos como pensamientos superiores), nos han dado al mismo tiempo la capacidad para alcanzar las más altas expresiones artísticas como también nos han llevado a diezmar la faz de la tierra. 

Eso significa que la conciencia que surge del pensamiento simbólico complejo debe ser superado por una conciencia que trascienda al pensamiento si acaso el ser humano espera crecer, en lugar de decrecer y extinguirse también. El arte no puede enriquecer nuestras vidas si no estamos vivos y acrecentando nuestra intuición.
Lefevremartin77@gmail.com