Millones de Monarcas sobre los cielos de San Miguel de Allende

Por Arturo Morales Tirado

Existen dos especies migratorias amenazadas de extinción que año con año surcan los cielos de esta Frontera de Tierra Adentro en torno a San Miguel de Allende: una de ellas, la cigüeña americana (Mycteria americana), visitante recurrente durante el verano en los humedales del río Laja, y la otra, la mariposa monarca (Danaus plexippus), la cual, cerca del equinoccio de primavera, cruza sobre nuestros cielos en su migración norte, y durante el equinoccio de otoño lo hace en su migración sur hacia los bosques de oyamel (Abies religiosa) del Eje Neo-Volcánico entre los estados de Michoacán y el Estado de México.

La mariposa monarca es un insecto lepidóptero que pesa medio gramo. Estos individuos en cuatro generaciones realizan una migración de cerca de 10,000 km durante todo el año, en la migración norte desde los bosques mexicanos hasta la zona aledaña a los Grandes Lagos en el sur de Canadá y norte de Estados Unidos, y en la migración sur, en sentido opuesto, a partir del 15 de agosto. Asombrosamente, la migración norte la realizan tres diferentes generaciones de las mariposas monarca (viven entre 1.5 y 2 meses), pero la que vuela en la migración sur es una sola generación (generación Matusalén) que llega a vivir hasta ocho meses. 

Justo ahora, a partir de la segunda semana de febrero, esta especie que presenta dimorfismo sexual se está reproduciendo en los bosques de oyamel. Durante esta actividad vital, después de cinco frenéticos días, los machos mueren y las hembras, que, por cierto, pueden llegar a fecundar hasta 400 huevecillos con tres diferentes machos (mayor exogamia), se preparan alimentándose del néctar de diversas flores silvestres y consumiendo agua y minerales disueltos en ella para su migración hacia el norte, que en promedio comienza en la segunda semana de marzo.

Sobre este asombroso fenómeno natural vale la pena mencionar a algunos investigadores que han sido cruciales en el conocimiento de este increíble insecto; en primer lugar, tenemos al Dr. Alfred Urquhart, quien, en 1975, después de casi 30 años de investigación, logró identificar la migración anual de la mariposa monarca. Más tarde, el Dr. Orley Chip Taylor, quien, a través de etiquetas en las alas de las mariposas, identificó con mayor precisión las rutas migratorias distribuidas ampliamente en torno a los grandes lagos hasta los 12 santuarios naturales que concentran millones de mariposas en los bosques mexicanos dentro de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca (UNESCO-2010), y ha sido promotor y generador de la asociación Monarch Butterfly Fund y la Monarch Watch Org. En México, a través de la difusión científica de CONABIO, el Dr. Carlos Galindo Leal ha contribuido a valorar a esta asombrosa especie migratoria que nos visita dos veces al año en esta Frontera de Tierra Adentro.

En San Miguel de Allende, cerca del equinoccio de primavera, podemos observar sobre los humedales que rodean la ciudad, e incluso sobre nosotros, transitando por el cielo de algunas partes de la zona urbana a esas pequeñas manchas color naranja planeando sobre las corrientes termales hacia el norte. Nosotros, además de observarlas y valorarlas conociendo su complejo fenómeno de migración y su ciclo de vida en cuatro generaciones, podemos contribuir a su preservación, primero, sin perturbarlas más, sin tocarlas, eliminando al máximo nuestro impacto en ellas y en su hábitat; también, procurando preservar los hábitats locales de vida silvestre con los que aún contamos.

En este sentido, podemos sintetizar que estamos impactando en forma desfavorable hacia la biodiversidad, en general, y en particular, a especies migratorias como la cigüeña americana (de la que nos ocuparemos en otra ocasión) y la mariposa monarca de 5 formas: 1.- con el crecimiento urbano desordenado (sin planificación territorial-ecológica y/o respeto por esta), 2.- monocultivos y agricultura comercial, 3.- aislamiento de áreas naturales (desconectando los corredores biológicos), 4.- introduciendo especies exóticas al hábitat (principalmente de flora y fauna), 5.- contaminando el subsuelo, la superficie y la atmósfera.Estas mariposas monarca que podremos observar en primavera cruzarán hacia Estados Unidos a principios de abril; lo hacen sin pasaporte, sin chamarras, sin GPS, sin lentes para sol.  Las tendremos de regreso, en la migración del sur en la última semana de octubre; esperemos que para el equinoccio de otoño tengamos mejores condiciones en sus hábitats de San Miguel de Allende o, por lo menos, mejor conocimiento de ellas, alta comprensión, estima y sensibilidad a su asombroso ciclo migratorio de vida.