Cartograma Americana, entrevista a Marian Garcés 

Por Bernardo Moreno

Aún está presente en el imaginario colectivo aquel lugar llamado La Cámara, una intervención momentánea en lo que fue uno de los primeros supermercados en el pueblo, un lugar libre de tabús, inclusivo, donde te podías relacionar abiertamente, sin estereotipos. Marian Garcés Torres fue unx de les principales impulsores de ese movimiento. Ha colaborado y gestionado diferentes proyectos a lo largo de su vida a favor de la comunidad queer, trans, no binarie. Me da muchísimo gusto dejarles aquí esta entrevista, conocer su trayectoria y que nos platique qué está haciendo actualmente.

BM: ¿Qué significa queer en México?

MG: En el presente, me parece que la teoría pasa por una radical deconstrucción y aplicación performática que la vuelve una herramienta de crítica al sistema binario de sexos y a la invención del cuerpo físico al servicio de adoctrinamientos sociales.

Me encanta la pregunta porque cuestiones como lo cuir/kuir requieren de contexto local para entenderse/vivirse. En México, me parece que estamos encarnando la teoría de manera muy performativa muchxs, performers y no performers. 

He tenido el placer de colaborar en proyectos en Bogotá, Montevideo, Nueva York, entre otros. Si bien lo cuir es también ahí, es completamente otra narrativa que en México. 

En México tenemos ejemplos históricos aún vivos, como los muxes en el estado de Oaxaca. 

Y en términos contemporáneos, me parece que lo que se escribe/produce en cuanto a teoría es más apegada al cuerpo físico y social que nos rodea. Somos parte de nuestro entorno inevitablemente, pero también lo influenciamos. 

BM: ¿Nos puedes decir lo que significó para la gente en San Miguel la intervención de un supermercado para montar La Cámara y La Romería y la importancia de que existan lugares inclusivos?

MG: Creo que La Cámara fue justo un conjunto de narrativas infinitas, cada persona que pasó por ahí contó su propia historia. Pero puedo decir que, para mí, fue la experiencia colectiva más potente y continúa.

Era un espacio abierto, radicalmente libre y hermoso. Muchxs me dijeron que por fin se sentían en casa, o algo así, cursi y romántico. Pero es eso, un suspiro tras otro, si me pongo a recordar. 

Vivimos aún la mayoría de personas detrás de aquel movimiento, con proyectos independientes, muchos silenciosamente fuertes, otros más vistosos.

La Romería es un mercado agroecológico, sobrevive hasta la fecha. Un mercado/espacio libre de crueldad y explotación. 

Proyectos abiertos, accesibles, para todos los públicos que nos vinculen como sociedad, me parecen esenciales en las escenas de arte y cultura. Si no pica, si no raspa, si no cambia algo para mí, entonces es solamente decorativo y nunca me he dedicado a eso. Lo respeto, pero coincido en donde se puede hablar de toda la mierda que atravesamos local y globalmente.

BM: Has dedicado buena parte de tu vida a favor de la comunidad queer, trans, no binarie, ¿nos puedes platicar acerca de algunos logros que has tenido a través de la cultura y el arte? 

MG: Creo que una producción importante fue en el Museo de Queens. Organizamos una plática sobre cumbia, amor y latinoamericanidad en el año 2013, el primer evento de cumbia en un espacio de arte formal. Llevar la cumbia al museo. 

Creo que cada espacio que he creado ha sido o buscado ser, un espacio seguro para la comunidad cuir, trans, nb. Desde La Santa, una mezcalería que tuve en Cholula, pasando por La Cámara, La Romería y cada evento que produzco. Siempre busco que sea un servicio de mí hacia mi comunidad, dar lo mejor que sé hacer. Y recibir a cambio un espacio colectivo en el que mis amigxs pueden coexistir y celebrar. 

BM: Es muy importante tener memoria histórica. ¿Nos puedes explicar la investigación o archivo viviente llamado Cartograma Americana?

MG: Cartograma Americana empezó hace 10 años como respuesta al cierre abrupto de La Cámara. Entendí que «la misión» era generar estos espacios seguros para más personas. Y Cartograma Americana me convirtió en un archivo viviente que registra narrativas cuir, trans, nb latinoamericanxs. 

Hicimos un documental en el año 2019 en alianza con la Universidad Autónoma de Querétaro. Este año presentamos un segundo corto y el largometraje de esa producción, dirigido por Meli Marcow (Arg). Estamos en constante búsqueda de fondos y recursos para replicar el registro en Colombia, Brasil y Guatemala.

Yo me presento en donde me inviten con onda… Presento lo que he escuchado y los cortos propios y de mis colaboradorxs. 

BM: ¿De qué trata Fragmentos de una subversión y dónde la podremos ver?

MG: Fragmentos de una subversión es el fanzine que cuenta el detrás de cámaras de la filmación del documental en 2019, y también narra mi transición a pronombres masculinos. 

El texto lo convirtió Rosa (Editorial Invertidas) en fanzine/pieza de arte objeto el año pasado. Es el fanzine más lindo que he visto. Nos encantó tanto, que hicimos una gira este año para presentarlo en Cholula, CDMX, Bacalar, Guatemala, Livingston y San José en Costa Rica. Estamos por confirmar fecha en San Miguel para principios de octubre. 

Las presentaciones son lecturas en vivo, acompañadas de audiovisuales de Cartograma Americana y la experiencia culmina con el potente taller de Rosa de fanzine corporalizado. 

El fanzine está disponible a través de Editorial Invertidas.

Si quieres enterarte de próximas presentaciones, proyectos y demás, puedes buscarlx en Instagram @iverna.iverna