Por Fernando Helguera
En una escena de The Matrix Reloaded, Neo está con La Pitonisa y ella le ofrece un caramelo (rojo, por supuesto). “¿Ya sabes si lo tomaré? / ¿Qué oráculo sería si no? /Tú ya sabes y aun así me lo ofreces, entonces ¿cómo podría yo elegir? /Que quede claro, tú no viniste a elegir cosa alguna, ya la elegiste en un momento pasado. ¡Viniste aquí a tratar de entender por qué la elegiste!”
Este diálogo me marcó desde que era niño, siempre es algo que me he preguntado. ¿Para qué carambas elegí venir a la Tierra? Es probable que todas las personas hayan sentido esto, tanto como sienten el frío o el calor, aun cuando digan que no eligieron venir. Si uno encuentra la razón hará grandes cosas en la vida; es obvio que un sistema de consumo y avaricia no quiera que lo sepamos.
Pero si no le conviene ¿por qué entonces se nos reiteran lo importante que es elegir quiénes somos y cómo vivimos? Es una obligación cívica elegir a nuestros políticos mediante la democracia, y al final al presidente lo elige una tercera parte de la población mientras los otros echan pestes y hasta huyen del país, en vez de proponer algo sano y hacerlo; de poner al presidente a actuar en beneficio del país. Creen que si cambiara el presidente todo se resolvería… sexenio a sexenio. ¡JA!
Si usted que lee esta Obviedad Ignorada, estuviera en un puesto político de relevancia, o de hecho lo está, ¿podría desvincularse del sistema de corrupción, ansia de poder, e intereses manipulados, que rige a todos los partidos y a sus integrantes, en mayor o menor grado? Seamos sinceros: queremos que alguien haga el trabajo por nosotros, de la forma en que particularmente creemos correcta, que lo haga intachablemente, y que además gane menos que un comerciante, empresario, o profesionista. Si no es así publicamos quejas estériles cargadas de odio.
Veámoslo desde otro punto de vista, si venzo el terror y salgo del confinamiento a un restaurante de hamburguesas, llegaré a un lugar donde probablemente tenga decenas de modelos de hamburguesa a elegir; si es una pizzería, entonces son mil variedades de pizza; si es un cafecito, son un millón de variedades de café. El tema es que no dejan de ser lo mismo. La elección es una fantasía. Elijo entre mil autos, cuál comprarme, y todos se parecen según la moda. Elijo el color.
¿Dónde está el truco? Por un lado, es irrelevante lo que elegimos, pero es una buena herramienta para tener ocupado nuestro pensamiento. Horas y horas eligiendo a un político o unos zapatos, aunque sean todos iguales y dignos de tratarse con los pies. Lo discordante es que, por el otro lado, todos deseamos ser “el elegido” para un puesto de trabajo fenomenal, para el premio gordo de un concurso de talentos, para retozar como conejos con esa persona que nos encanta, para pasar al antro o para que me vacunen antes que a los demás. ¿Ya pueden mirar el truco?
Ahora un ejemplo práctico: A ver, atentos, Fer, Marce, Juan, Luis, Adrián, Pepe, Lau, Ale, Mari, Rick, Pati, Karla, Karen, Itzel, Vic, Sergio, Elvia, Clau, Paco, Mau, Sandi, Leti, Arturo, Toño… ¿Su nombre fue de “los elegidos”? ¿Eligieron creer que, si su nombre aparece aquí, es porque me refería a ustedes? Posiblemente fueron condicionados para ello. Pero tranquilos, sólo es una lista de nombres que vino a mi cabeza sin rostros que los respalden. Nadie se sienta incluido. Nadie se sienta excluido. Nos convencen de que elegimos nuestra propia vida, pero el resultado de nuestras elecciones es que deseamos ser los elegidos; si no lo somos, podemos frustrarnos mucho.
¿Y qué tal el tema de elegir si el presidente en funciones se queda o se va? Hasta hoy no he visto cambios sustanciales en el mexicano gracias a que se le gobierne bajo un tipo de ideología u otro. Siguen siendo poquitos ciudadanos los que eligen y muchos políticos haciendo lo que se les da la gana, que por cierto, no tiene que ver con las necesidades de los grupos gobernados. Si alguien recuerda un gobierno que verdaderamente sirva a los gobernados y no a sus propios intereses, le agradecería documentarlo para instruirnos a todos aquellos que no creemos una palabra más.
Mejor noten que cuando vieron el posteo NO decidieron darle lectura. Pregúntense para qué habían decidido previamente leer esta Obligación Irrelevante. ¿Esperaban algo que los hiciera reír? ¿Esperaban ser beneficiarios de unas cuantas pedradas? ¿Esperaban tener algo qué hacer mientras están en el trono? “Bienaventurados los que nada esperan, porque nunca serán defraudados”. Si encuentran la respuesta fundamental, no la digan. Prefiero quedarme con la duda y seguir escribiendo hasta encontrar mi propia solución. MIS ESCRITOS SON MI ORÁCULO.