Por Jeffrey Sipe y Nina Rodríguez
En 1994, Jacobo Grinberg, neurofisiólogo y psicólogo mexicano, desapareció sin dejar rastro. El primer largometraje documental del director Ida Cuéllar, El secreto del Dr. Grinberg, explora una vida realmente fascinante, aunque, al igual que todos los intentos anteriores, no consigue resolver el misterio de la desaparición de Grinberg hace más de 30 años. Sin embargo, las preguntas que plantea son más que suficientes para mantener al público cautivado.
El secreto del Dr. Grinberg realmente parece un thriller, con la inexplicable desaparición, personajes extravagantes en la periferia de la historia y una misteriosa mujer rubia que parece haber formado parte de su vida poco tiempo antes de su desaparición. Sin embargo, nunca fue localizada. Incluso Carlos Castañeda, autor de Las enseñanzas de Don Juan y entrenado, según él, para ser chamán, queda bajo sospecha. La esposa de Grinberg también está señalada, pero la policía tiene las manos atadas en cualquier investigación sobre su desaparición. No hay pruebas —como un cuerpo— que justifiquen una investigación de asesinato. Y la desaparición de un adulto sin signos de juego sucio no es motivo de intervención policial. Por último, ¿podría haber estado involucrada la CIA, esperando poner en práctica lo que la película da a entender que podría haber sido un gran avance en la prueba científica de la telepatía? «Sabemos mucho», dice el jefe de investigación a la cámara en un momento dado. «Pero no hay nada que podamos aplicar».
Grinberg comenzó su carrera como psicólogo en México y se fue a Nueva York, donde cayó en la contracultura de la época. Se dedicó al estudio de la conciencia humana y acabó proponiendo una teoría que denominó «sintergética», según la cual vivimos en un espacio continuo de energía del que el ser humano común sólo puede percibir una parte. Obviamente, no pudo demostrarlo, pero siguió empleando el método científico para estudiar la actividad cerebral, la brujería, el chamanismo, la telepatía y la meditación, chocando a veces con otros investigadores que pensaban que daba saltos de lógica que no estaban justificados.
Un verdadero deleite de documental, la película mantiene muy bien el misterio, aunque nos deja algunas preguntas: A Grinberg le convenció la idea de que la flexibilidad de la mente de algunos niños les permite experimentar lo que parecen ser habilidades sobrenaturales. Al parecer, mostró a los niños la portada de un libro y ellos procedieron a leer lo que había en la contraportada. «Lo vi con mis propios ojos», dice un periodista que afirma haber estado presente durante el experimento. Pero, ¿quiénes eran esos niños? ¿Dónde están ahora? ¿Cómo es posible que un fenómeno tan sorprendente no sea de dominio público? Se parece mucho a algunos de los comportamientos engañosos que a menudo se atribuyen a los chamanes.
Aunque Grinberg comenzó su carrera dentro de los parámetros aceptables del estudio de la conciencia, se fue alejando cada vez más hacia los márgenes. Algunos de sus textos citados en la película recuerdan a L. Ron Hubbard cuando Grinberg se esfuerza por crear una mitología de la mente y el cosmos. Sin embargo, un texto bellamente escrito no es prueba de nada.
Entonces, ¿qué pasó con el Dr. Grinberg? Alguien lo sabe, pero no lo cuenta. El secreto del Dr. Grinberg responde a muy pocas preguntas, pero plantea las suficientes para que el espectador siga pensando mucho después de los créditos finales. Trás un extenso recorrido por festivales, el esperado documental por fin llega a las salas mexicanas este 10 de noviembre y se proyecta en el Compartimento Cinematográfico en San Miguel de Allende a partir de esa fecha.