Por Jeffrey Sipe y Nina Rodríguez
Hay mucha presencia de actores no profesionales en el cine Mexicano independiente, aunque frecuentemente las mismas películas suelen ser protagonizadas por actores profesionales. Travesías, una historia trágica situada en lo que su director Sergio Flores Thorija llama una ciudad dividida por una frontera —Tijuana/San Diego—, cuenta con un elenco en su totalidad conformado por actores sin formación profesional.
«Trabajé casi un año con ellos», explica Thorija en una reciente entrevista para esta columna. «Fue un gran reto para ellos, tuvieron que superar sus nervios. No me gusta trabajar con actores profesionales en mis películas porque están representando a otra persona a través de su ropa, sus gestos, su manera de hablar. En Travesías, las reacciones que se ven en pantalla son exactamente las mismas que en la vida real. Los personajes tienen los nombres de sus actores. Son ellos mismos que viven estas situaciones».
Travesías cuenta la historia de dos realidades: la vida en Tijuana y la vida en San Diego. Después de que un joven abandona Tijuana para cruzar a los Estados Unidos, su hermana Alejandra recibe una llamada telefónica, informándola que el cuerpo de su hermano fue encontrado en el desierto. En shock, ella se niega a aceptar el destino de su hermano y decide cruzar la frontera para buscarlo. Para poder financiarlo, acepta trabajo en un table dance/sex club en Tijuana, donde sufre abusos explícitos. Explica Thorija que la razón para incluirlo fue que «Ella representa a miles de mujeres y hombres que trabajan en esa industria. Creo que tiene un impacto mucho mayor mostrarlo de esta manera en lugar de maquillarlo», comenta el director.
Mientras tanto, del otro lado de la frontera en San Diego, Víctor, tech bro de padres mexicanos y seguidor del más estúpido entrenamiento de positividad —como parte del cual escribe mil veces «Soy millonario» en su cuaderno— hace planes con sus amigos para celebrar un cumpleaños en Tijuana, poniendo de esta forma en marcha una serie de eventos que cambiarán su vida para siempre.
«El personaje de Víctor está basado en mucha gente que he conocido», dice Thorija. «Demuestra una forma extremadamente superficial de ver la vida y su personalidad [la del actor] en la vida real es así. Quería que el público sintiera eso… aunque al final, aún así, tiene mucho encanto y es buena persona, muy carismático. Quiero que el público conecte con él, que se ponga en sus pies de la misma forma en la que se pone en los de Alejandra».
Al final de la película, tanto Víctor como Alejandra vuelven a encontrarse en lados opuestos de la frontera, esta vez en el terreno del otro, lidiando con las realidades más mundanas, pero a veces devastadoras, forjadas por esa imaginaria línea en la arena.
«Mis películas tratan de la vida cotidiana, de las cosas pequeñas, de nuestros sentimientos, de nuestros sueños», dice Thorija. «Por eso mis tomas suelen ser superlargas. Sólo hay unos 50 cortes en la película porque, de la forma en que filmo, el público de cierta forma está en los pies de los personajes todo el tiempo. Está descubriendo la ciudad y el entorno junto con ellos… Ese es de mis metas principales: que el público conecte con el personaje».
Tras su estreno en el festival de Morelia, Travesías también formó parte de la más reciente edición de la Muestra de la Cineteca. En el marco de su estreno en salas, el director Sergio Flore Thorija estará en San Miguel para presentar Travesías en el Compartimento Cinematográfico a inicios de noviembre.