La clínica del alma: Triada pluridimensional

Por Carlomagno Osorio 

La semana pasada tuve la oportunidad de compartir el noveno aniversario de N.A. (Neuróticos Anónimos) de San Miguel. Me invitaron a compartir el tema: ¿Por qué reconciliarse con Dios? Un tema que podría sonar religioso, pero realmente tiene poco de eso. Les comparto dos ideas fundamentales de nuestra reflexión:

  1. Todo lo que vivimos durante nuestra primera etapa de crecimiento nos marca profundamente en el desarrollo de la comprensión de nuestra persona. Esta primera etapa es fundamental para aprender a interpretar los sucesos de la vida y desde qué recursos podremos afrontar futuras experiencias. Genera una huella tan profunda que determina los modos de relación consigo mismo, con el otro (dios), con los otros. Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que la primera imagen de la figura de un dios es la imagen de los padres. De allí que, en ocasiones la reconciliación con esta imagen se distancia de una relación con él, y esté centrada en la imagen de los padres que se creó y que por reflejo se relaciona con la imagen de Dios. Sanando la relación con la imagen paterna, se da un paso significativo en la reconciliación con dios. Dime cómo está tu relación con la figura de tus padres y te diré cuál es el concepto que tienes de dios. 
  2. “Somos seres espirituales que estamos viviendo una experiencia humana”. Dentro de todo proceso de reinvención o modificación de patrones conductuales es imperativo asimilar al ser humano como una realidad pluridimensional que se fusiona en las dimensiones de espíritu, alma y cuerpo. Nos urge hoy, aceptarnos en esa trilogía de opciones y desde allí vivir, experimentar y caminar. Somos en esencia un espíritu y esa condición nos hace trascender cualquier circunstancia, buscando siempre ir más allá de la simple realidad. Somos una realidad inteligente (alma) con la capacidad de elaborar procesos complejos que generan pensamientos, conocimientos, aprendizaje. Somos un cuerpo, vehículo que nos transporta, que nos contiene, esencial para la interacción con los otros, con el otro (dios), consigo mismo. Desintegrarnos es ponernos a merced de un mal proceso y seguro mal resultado. 

Lo anterior nos ayuda a entender que la asimilación de un proceso implica un acercamiento a la idea de dios. No me refiero a un acercamiento a alguna denominación religiosa, en ocasiones hay menos crecimiento espiritual en estos espacios, frustrando profundamente los procesos de reinvención integral en las personas. Me refiero a lo que profundamente significa tu realidad espiritual, a ese deseo insaciable de una búsqueda de sentido.

Un sentido que implica una sinergia de dimensiones y que nos será de base para interpretar la realidad. Una realidad que interpretamos desde los recursos que tenemos y que responde profundamente a lo que aprendimos. Una realidad que puede ser releída desde la integridad y ser resignificada. Abriéndonos a la posibilidad de nuevas formas, maneras, nuevos estilos de ser. Nunca limitando las posibilidades y siempre acercándonos a la imagen del verdadero ser que buscamos construir en nosotros mismos.

El único obstáculo es mental, es único obstáculo puedes ser tú mismo. 

Psicoterapeuta 

Tel: 4462189584

Clínica del Alma 

Hacienda el Molino 72. Col. Las Brisas