Por Bernardo Moreno
El término “derecha” en la política se acuñó durante la revolución francesa por aquellos diputados que estuvieron a favor del “veto real” en la asamblea nacional de 1789, todos ellos aristócratas o miembros del clérigo y que ocupaban los lugares de honor que se encontraban a la derecha del presidente. Para definir el término de derecha en política, primero tenemos que ver qué significa ‘ideología’.
Según el académico Herbert McClosky, ‘ideología’ es un sistema de creencias explícitas, integradas y coherentes que justifican el ejercicio del poder, explican y juzgan los acontecimientos históricos, identifican lo que está bien y lo que está mal en política, definen las relaciones entre el poder y otros campos de actividad y suministran una guía para la acción.
Algunos rasgos intrínsecos de la derecha son: conservar la estabilidad sobre el cambio, mantener un orden jerárquico, manipular la tradición para hacerla una forma de control, beneficiar a un grupo reducido de individuos (élite) y velar por sus intereses y privilegios, mantener el statu quo. Hoy en día, la derecha mexicana como en muchos lugares del mundo está aliada con grandes empresarios que no quieren perder sus beneficios, con medios de comunicación ligados a poderes fácticos, intelectuales comprados e históricamente con la iglesia católica.
En México surgió la derecha como respuesta a los ideales revolucionarios durante el sexenio del general Cárdenas en 1939, apoyados por grandes empresarios, contrarios a la visión del presidente. El gobierno de Lázaro Cárdenas ha sido, quizás, el de ideales y acciones más de izquierda que ha tenido el país. Algunas de ellas son: la reforma agraria con la cual repartió más de dieciocho millones de hectáreas a comunidades y ejidos, la expropiación petrolera, creación de la comisión federal de electricidad, surgimiento del banco de crédito ejidal, nacionalización de los ferrocarriles y el claro apoyo al movimiento obrero laboral, destacando la premisa de la existencia de la lucha de clases y la imposibilidad de la cooperación con la clase capitalista, entre otras. El Partido Acción Nacional se fundó, adoptando los ideales de la Democracia Cristiana surgida durante la Guerra de Reforma dentro de la iglesia católica, como respuesta a las leyes de reforma promulgadas por el presidente Benito Juárez con las cuales se les minaban muchos privilegios a la Iglesia. Y Acción Social, movimiento de la iglesia católica, durante el gobierno de Porfirio Díaz que tenía como objetivo que los católicos hicieran política y labor activista.
Tras la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, el capitalismo como sistema económico hegemónico en occidente dio paso a nuevos principios basados en el libre mercado, la propiedad privada de los medios de producción y el aumento del capital, con esto empezaron a desaparecer o, mejor dicho, privatizarse las empresas nacionales y gestionar y cabildear a través de reformas nuevos monopolios que amasaron en poco tiempo grandísimas fortunas, repartición sesgada de la riqueza y destrucción poco a poco de la salud pública, la educación, la reinserción social, los programas sociales e inclusive privatización de las pensiones y un profundo deterioro en la seguridad. En fin, pésimas acciones neoliberales sexenio tras sexenio. La desigualdad aumentó, el descontento social creció, la violencia se desbordó. Eso fue lo que nos dejaron treinta y seis años de neoliberalismo.
Algunos movimientos de la derecha mexicana son: FRENA (Frente Nacional anti AMLO) de ideas conspiranoicas, como lo que llaman el plan comunista México Foro Sao Paulo, es un decálogo con el cual, supuestamente, el actual presidente de México creará una dictadura, semejante a la de Venezuela. Esta es una idea que irresponsablemente medios y periodistas de derecha le han hecho eco. Durante su última manifestación se documentó que pocas personas estaban dentro de las casas de campaña que se montaron durante el plantón en CDMX, más bien había piedras. Provida es otro movimiento de derecha que está en contra de la eutanasia, la investigación con células madre y al aborto, de la mano con la iglesia católica. Otros movimientos en defensa de los privilegios y los privilegiados son “El INE no se toca” y ahora, “la Suprema Corte no se toca”. Clara respuesta a las reformas que el gobierno de México quiere impulsar como parte de la austeridad republicana que llevó a cabo desde el inicio de este sexenio.
Por último, mencionar la temible alianza que se ha formado entre partidos políticos para mantener algo del poder que tienen, esos mismos partidos políticos que dejaron el país al borde de un levantamiento social. De la alianza PRI, PAN, PRD veremos qué personaje resulta ser el candidato. Del lado empresarial, Gustavo de Hoyos, mano derecha de Claudio X. González, máximo opositor del gobierno actual, ha alzado la mano. Reconoce estar harto de los políticos y piensa que la estrategia de seguridad en contra de las pandillas del gobierno salvadoreño se puede replicar en México.
Otra entusiasta es Lily Téllez que dice representar la derecha moderna, aunque su carácter explosivo parece ser más cercano al VOX español, es decir, la ultra derecha. Santiago Creel, un viejo conocido, también ha dicho ser el bueno; goza de no tener carisma. El hijo del ex presidente de la Madrid, Enrique de la Madrid, también quiere ser el candidato de la alianza, dice conocer desde su cuna de oro a los mexicanos, pretende con términos macroeconómicos manejar al país. Hay que esperar qué otros individuos salen del establo de la derecha mexicana.
Recordemos los ideales que impulsaron la revolución francesa, permitieron el cambio y el fin del antiguo régimen, originados en el movimiento de la Ilustración: igualdad, razón, libertad y fuerte crítica a los privilegios de la nobleza y el clero.