Por la Dra. Daniela Ruth Lara del Valle
La piel es el órgano más grande del cuerpo, constituye nuestra defensa primaria contra las agresiones del medio ambiente, además de cumplir con muchísimas funciones más como controlar la temperatura, almacenar agua, grasa y vitamina D.
La piel tiene varias capas, pero las dos principales son:
- La epidermis, capa superficial o externa donde se encuentran las células que pueden originar cáncer de piel.
- La dermis (capa profunda o interna), donde se encuentran las moléculas que constituyen lo que comúnmente llamamos “colágena”.
- La hipodermis, que es el tejido graso subcutáneo que da soporte a la piel.
Hay distintos tipos de cáncer que comienzan en la piel
El carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas son los tipos más comunes de cáncer de piel. También se llaman cáncer de piel no melanoma. Tienen su origen en los queratinocitos (células de la capa más superficial de la piel) y son de crecimiento lento por lo que se denomina de “baja agresividad”.
El melanoma tiene su origen en los melanocitos. Si bien es menos común que los dos anteriores, es muy agresivo e invasor. Es un cáncer con capacidad de metastizar (invadir) muy rápidamente, por lo que es imprescindible detectarlo a tiempo.
El color de la piel (piel clara) y la exposición solar crónica aumentan el riesgo de sufrir cáncer de piel
Otros factores de riesgo que incrementan la probabilidad de padecer esta enfermedad son:
- Antecedentes de quemaduras solares
- Tener más de cincuenta lunares en el cuerpo
- Sistema inmunitario debilitado (por edad o enfermedad)
- Antecedentes familiares de cáncer de piel
La edad avanzada es el factor de riesgo más importante
La presencia de un factor de riesgo o más no significa que enfermará de cáncer; pero la ausencia de factores de riesgo tampoco significa que esté exento. Por eso es importante autoexaminar nuestra piel en busca de alguna lesión sospechosa y acudir con un dermatólogo experto.
El carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas de piel y la queratosis actínica se suelen presentar como un cambio en la piel mínimo inicial, por lo que debemos prestar especial atención ante una lesión sospechosa como:
- Una úlcera o “llaga” que no cicatriza
- Una placa, rojiza, áspera, plana que arde o molesta
- Una lesión elevada, rojiza, con consistencia firme o dura, tonos perlados
- Lesiones poco elevadas, pero duras como una cicatriz blanquecina
- Una abultamiento rojizo, con costra o sangrado
- Labio inferior agrietado o descamado que no se alivia con un humectante labial
El cáncer de piel es curable si se detecta a tiempo.
En Dermantra, la clínica de la piel de San Miguel de Allende contamos con expertos en dermatología con la experiencia necesaria para realizar una detección oportuna de un problema de piel. Además de contar con el servicio de DermatoOncologia / Cirugía dermatológica para realizar una biopsia de ser necesario.
Acude a una valoración oportuna.
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