El Lirio de la Presa Allende, Más Amigo que Enemigo

Por Líbera Lang

Cuando la Presa Allende se convierte en una “llanura verde” de extremo a extremo, es el momento de preocuparse o mínimamente de prestar atención. Y cuando el ganado empieza a “pastar” en las aguas cubiertas de lirio, entonces los “usos de suelo” se invierten de manera imprevisible y sabemos que se ha roto el equilibrio del ecosistema. Vemos entonces que los cuerpos de agua son alimento fértil para las vacas al mismo tiempo que la tierra erosionada de las orillas nos recuerda que llegó la hora de restaurar al origen. Con esto me refiero a los espacios saludables y abundantes de vida silvestre en la Cuenca.

A principios de febrero, la Sociedad Audubon de México convocó a una reunión virtual con especialistas y autoridades del estado de Guanajuato, además del municipio de San Miguel de Allende. Casi 60 participantes respondieron a la convocatoria de April Gaydos y acompañaron al doctor Alejandro Alva, —conocido experto en manejo del Lirio Acuático— para definir un plan de acción que libere a la Presa Allende, a los usuarios y demás amigos de la Presa de una de las plantas más invasoras del planeta, ahora ocupando el 30 por ciento de su superficie.

Junto con el moderador Daniel Dultzin, presidente de la asociación civil Estrategias de Adaptación al Cambio Climático, —ambos comparten varios proyectos de rehabilitación de ecosistemas acuáticos bajo un aprovechamiento sustentable— el doctor Alva introdujo el tema del lirio diciendo que es el resultado de un problema integral de la Cuenca por lo que la solución debe ser igualmente integral, es decir, social, técnica y financiera. 

Su visión dejó claro que el lirio puede apreciarse como amigo o enemigo. En un contexto de crisis hídrica como el de San Miguel de Allende donde miles de familias carecen de agua, el problema del lirio vendría siendo sólo una fracción del deterioro ambiental regional. Sin embargo, gracias al lirio “bien administrado”, podría convertirse en un purificador del agua a corto y mediano plazo. Como dice el doctor Alva, con la planta se crean humedales para tener una  mejor calidad del agua “que potencialmente puede servir para alimentar a San Miguel Allende”. 

Un dato crudo: el 60 por ciento de las plantas purificadoras de agua del país se encuentran detenidas debido a la falta de financiamiento y los elevados costos de electricidad y químicos. Por el contrario, un humedal es un tratamiento no tecnificado libre de presupuestos elevados para su mantenimiento.  

Sobreexplotación y cambio climático, la causa

El cambio climático implica sequías largas seguidas de lluvias torrenciales. El año pasado la rapidez con que la Presa Allende (2 mil 500 hectáreas) alcanzó uno de sus niveles más elevados —después de casi desaparecer de la vista de muchas de las comunidades vecinas— se debió a los volúmenes extraordinarios en la temporada de lluvias. Por lo anterior, el lirio creció alimentado por una gran cantidad de nutrientes que proceden de las aguas negras urbanas no tratadas (fraccionamientos, negocios) como de los arrastres de suelos erosionados, además de los ríos y arroyos que traen descargas bioquímicas de la agroindustria. “Siendo una especie exótica, no hay otro organismo que equilibre esta invasión del lirio”. El doctor Alva explicó que la presa no funciona como un cuerpo de agua natural, es decir, como los ríos y lagos. “Carece de elementos autodepuradores. Por tanto, no tiene la capacidad de controlar los contaminantes que desequilibran el sistema.” 

El doctor Alva insistió mucho en la necesidad de restaurar la vegetación de las orillas de la Presa, ya que crea comunidades de plantas acuáticas y genera los famosos humedales. “Si no hay humedales, la posibilidad de tener un sistema autodepurador es muy limitada.”

Dijo que quitar el lirio es muy fácil pero reforestar es muy difícil. Requiere de una dinámica constante para que existan humedales dentro de una presa que no está condicionada para tener una mejor calidad del agua. “Tienen que estar todas las cuencas reforestadas para evitar este tipo de problemas. Hay mucho terreno para destinar varias hectáreas de cultivo y transformarlas en área de humedal para potabilizar el agua para San Miguel Allende.”

El doctor Alva recomendó la existencia de una cierta cantidad constante del lirio “que puedas manipular, arrear por así decirlo. Sería una isla flotante de nutrientes constantemente cosechados, una isla de lirio que tú puedas controlar. A la larga vas a tener tu mini planta de tratamiento de agua. Esto ya se ha hecho en otras partes del mundo.”                              

Por la complejidad y los tiempos que se requieren para limpiar del lirio a la Presa Allende, el doctor Alva ya había advertido en la primera reunión virtual sobre la necesidad de contar con una personalidad jurídica que maneje fondos a corto y mediano plazo. Insistió en que esto va a exigir tiempo, dinero y esfuerzo por parte de los usuarios y autoridades municipales, estatales y federales. 

Foto por Saul Garpe.