Historia de México: La Guerra Cristera

Por Luis Felipe Rodríguez

La Guerra Cristera tuvo muchos prolegómenos que hicieron crisis el 31 de julio de 1926, pero que tampoco terminaron el 21 de junio de 1929, aunque esas sean las fechas históricas que enmarcan esta guerra intestina que tanto sangró a nuestra patria.

Don Antonio Ruiz Valenzuela nos recuerda en su obra “Páginas Históricas de San Miguel de Allende”, que el 11 de abril de 1920, el Obispo de León Don Emeterio Valverde Téllez, acompañado de miles de católicos, proclamó a Jesucristo como Rey de la Diócesis leonesa en la cima del Cubilete. Años después, el 11 de enero de 1923, otra multitud de fieles regresaron al cerro para testimoniar la colocación de la primera piedra del segundo Monumento Nacional a Cristo Rey (el actual es el quinto) por el Delegado Apostólico en México Dr. Ernesto Philippi.

Lo anterior provocó que el Presidente Obregón considerara estos actos como de culto externo, prohibidos por la constitución, ordenándole al gobernador del estado que prohibiera dicha construcción y, por otra parte, indicándole al Delegado Apostólico que tenía tres días para abandonar el territorio nacional, lo que se llevó a cabo el 17 de enero de ese 1923.

Cabe recordar que el primer monumento fue construido en 1920, luego bajado de la cima a la explanada de la actual Ermita Expiatoria, y dinamitado en 1928 durante el conflicto cristero. Este segundo intento nunca fue edificado por no contar con la autorización necesaria.

Larga cadena de dolorosos y tristes sucesos forman esa etapa que no debería volverse a vivir. Tolerancia y respeto son el mejor camino para alcanzar una convivencia fructífera, por la que todos podemos trabajar.