Por Luis Felipe Rodríguez Palacios
En agosto de 1974, impulsado por las lecturas del boom latinoamericano —aquel movimiento liderado por el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar, el peruano Mario Vargas Llosa y los mexicanos Carlos Fuentes y Octavio Paz—, llegó a San Miguel de Allende José Manuel Pintado con la intención de provocar en la juventud de entonces reflexiones retóricas en un Taller Literario en el Centro Cultural «El Nigromante».
El objetivo del INBAL es preservar y difundir el patrimonio artístico, estimular y promover la creación de las artes y desarrollar la educación y la investigación artística; tareas que el Instituto desarrolla en el ámbito federal.
El momento clave del boom fue el éxito mundial de la novela Cien años de soledad, de García Márquez, publicada en 1967 y la atribución del Premio Nobel de Literatura al guatemalteco Miguel Ángel Asturias. Posteriormente, otros dos de estos autores obtuvieron el galardón: García Márquez en 1982 y Mario Vargas Llosa en 2010.
A la convocatoria de Pintado acudieron varios jóvenes a ejercitarse en la autocrítica y desarrollo de sus potencialidades. En diciembre de ese año, aquel grupo coordinado por el Profr. Pintado y liderado por Ramón Téllez Trejo y Gilberto Flores Varela, llevó su entusiasmo hasta publicar una revista bimestral que titularon “El Cuervo”, en alusión al personaje del poema narrativo de Edgar Alan Poe. Por desgracia, para ese incipiente equipo José Manuel recibió la oportunidad de publicar un libro de poesías y el grupo no dio entonces el fruto esperado o la continuidad esperada. José Manuel me buscó algún día en la XESQ para que reiniciara aquella empresa, pero, sin el entusiasmo de Gilberto quien se fue a Canadá, sin el apoyo de Ramón y Enrique, quienes se habían ido a vivir a EE. UU., no me atreví.
Sirva este recuerdo como una flor sobre la memoria que me traen aquellos sueños, jóvenes al fin, de ser escritores. Un grato recuerdo para ellos: José Manuel Pintado, Elena Reséndiz, Cintya, Gilberto Flores, Luis Leriche, Enrique Patlán y José Martín C.
Debo decir aquí que José Manuel Pintado regresó al Estado de México como becario y después desarrolló una gran carrera en el INBAL, la Secretaría de Educación, el ILCE, etc., como escritor, reportero, productor de televisión, guionista, etc., por su parte en aquel entonces, Gilberto ya había publicado tres novelas y hoy sigue radicando en Canadá.
Aquí comparto las portadas de algunas de aquellas revistas.