Homenaje a un gran ciudadano sanmiguelense: Franco Barajas Becerra

Por Luis Felipe Rodríguez Palacios

El 24 de mayo de 1985 falleció don Franco Barajas.

Nació el 20 de mayo de 1906, fue bautizado en la parroquia de San Miguel por el padre Francisco Valadez y en tiempos, por su firma, del señor cura José López Escobedo. 

El libro de las Viñetas Sanmiguelenses fue escrito por don Franco con el anagrama de Fr. Jacob Aranaz. Recientemente ha aparecido póstumamente una segunda parte de sus Viñetas Sanmiguelenses y Siluetas de San Miguel el Grande, siete ensayos biográficos, quedando pendientes de publicar otras dos obras.

Sanmiguelense de convicción y corazón que rescata para nosotros viejas tradiciones de literatura narrativa y costumbrista e incluso resucita formas de lenguaje castizo que por su pureza y precisión expresan incomparablemente el ambiente colonial que caracteriza a San Miguel de Allende. Don Franco dedicó cincuenta años a la enseñanza de los niveles del sistema educativo. Combinó atinadamente la filosofía como disciplina académica y las ciencias administrativas como actividad profesional. 

Cátedra, literatura, reflexión y disciplina son los ingredientes que como se conjugan virtudes y se expresan en las viñetas sanmiguelenses que escribió, como lo afirma en el prefacio, a instancia de Don Braulio Zavala Zavala para difundir por esta emisora trozos históricos, amenos. Conozcámonos, dice una clásica y sabia sentencia. E indudablemente es un digno de apotegma practicarse y lo que nos vacunará para la importación de rechazar costumbres extranjeras pues, si conociéramos las nuestras serían sobradamente suficientes para no necesitar las ajenas. 

En el prólogo de su libro dice fray Jerónimo Verduzco que sus viñetas son: “ágiles, justas, periodísticas, sabrosas con el sabor de las cosas de la tierra natal, a veces aladamente desenfadadas y zumbonas, críticamente documentadas en leyendas, en tradiciones o en archivos, firmadas con el anagrama de Fr. Jacob Aranaz, constituyen un encendido homenaje lírico y filial a este San Miguel el Grande hoy de Allende, cuyo folclore y traidores encuentran en la pluma del autor uno de los cronistas más despiertos y uno de los aedos de prosa más enamorados de su ciudad.

No somos ni indígenas ni españoles: somos una amalgama de dos culturas y dos sangres, mejicanos. Un perfil inconfundible y singular y único nos define en el concierto de los pueblos de América y del mundo.

Franco Barajas Becerra, maestro del presente que se apoya en las ricas tradiciones del pasado, alza la voz para invitarnos a reconocer y salvaguardar esos áureos filones de nuestra microhistoria, el bellísimo perfil de este relicario de América que se llama —conjunción de un arcángel del cielo y un héroe de la independencia de México— San Miguel de Allende».