La historia de la escultura del Señor de la Conquista

Tesoros de San Miguel de Allende

Por Natalie Taylor

¿Cuál es la obra de arte más antigua de nuestra ciudad? Hablo de una obra de arte individual, dejando de lado la arquitectura. Parece que este honor puede recaer en la estatua del Señor de la Conquista, exhibida en su propio cubículo en la Parroquia de San Miguel Arcángel. 

Hacia el frente de la iglesia, en la pared del ábside izquierdo, cuelga una estatua de Jesús en la cruz. Está hecho artísticamente, con rasgos faciales bien ejecutados y de proporciones realistas. Se puede suponer que es una de las muchas estatuas similares que uno encuentra en cualquier templo. Pero hay dos factores distintivos: su antigüedad y la técnica utilizada en su ejecución.

La escultura es casi de tamaño natural, y si estuviera hecha de madera, yeso, y mucho menos de granito, su peso sería considerable. En cambio, solo pesa aproximadamente seis kilos. El material del que está hecho es único, quizás único en el mundo, y se remonta a la cultura azteca prehispánica. Los aztecas llevaban a sus deidades a la batalla, lo que significaba que las imágenes debían ser ligeras. Los indígenas de Michoacán desarrollaron una técnica especial, mediante la cual recolectaban tallos de maíz secos, los unían con un pegamento de ciertas orquídeas de la región y dejaban que la masa se solidificara durante un período de varios meses. El resultado es un agregado que se puede esculpir, colorear y pulir.

Cuando los conquistadores españoles llegaron en el siglo XVI, vieron el potencial de utilizar esta técnica para elaborar figuras religiosas. Los escultores españoles se apropiaron de la técnica y comenzaron a crear algunas obras exquisitas que llegaron a las iglesias de las colonias y Europa. Las figuras están hechas de un marco de alambre hueco, con la masa de maíz esculpida utilizada para la cabeza, las extremidades y la parte visible del cuerpo. 

Visité uno de esos talleres en Pátzcuaro, y el maestro artesano, Juan José Martínez Reyes, mostró y explicó cómo crear las figuras. Una vez terminada la escultura, se utiliza tinte orgánico para simular el color de la piel, y finalmente se pule toda la escultura. Esta última parte es quizás la más exigente. Requiere frotar con la parte blanda de la palma, un proceso que lleva horas y que a menudo resulta en piel rota y sangrado de las manos del artista.

Una de estas figuras fue encargada por la parroquia de San Miguel el Grande, en 1574. Se esculpieron y trajeron dos Cristos, uno destinado a San Felipe y otro a San Miguel. Encabezaban el grupo dos frailes franciscanos, Pedro Doncel y Diego de Burgos, acompañados de un pequeño séquito de soldados españoles. Estaban muy cerca de su destino cuando fueron atacados por un grupo de guerreros chichimecas que pretendían proteger la independencia de su tierra natal. La escolta militar fue insuficiente, y los dos frailes y muchos soldados murieron. Un soldado, a pesar de sus heridas, pudo llegar a San Miguel y pedir ayuda, antes de que se desplomara y muriera también.

El resto de la historia es bastante borrosa. La escultura finalmente terminó en San Miguel, pero uno solo puede imaginar que debió haber algunas negociaciones serias con los chichimecas para lograr que liberaran las figuras. Sin embargo, el Señor de la Conquista pasó a formar parte del tesoro histórico artístico de San Miguel, y podemos verlo en su lugar hasta el día de hoy. El lugar de descanso final de los dos frailes está en la Santa Escuela.

La imagen solía sacarse durante el festival anual del Señor de la Conquista, a principios de marzo, pero se detuvo hace varias décadas para protegerla de los elementos. Actualmente, la estatua solo se traslada de su lugar al altar de la iglesia durante las festividades, y entonces el taparrabos se cambia a uno color púrpura.

Hay otra escultura antigua en la ciudad, la figura del Ecce Homo que se exhibe en la Parroquia. Esta figura está hecha de madera y puede ser contemporánea, o incluso anterior al Señor de la Conquista, pero presumiré que este último es el más antiguo porque en realidad tiene una fecha histórica: 1574. En un próximo artículo relataré la historia de la escultura Ecce Homo; es tan interesante como esta.

Natalie Taylor: Licenciada en Literatura Inglesa y Periodismo, Universidad de Loyola, Chicago, 1995. Máster en Escritura Creativa, Vermont College, Montpelier, VT, 1999. Escritora, editora y periodista publicada. Profesora de español en Estados Unidos, profesora de inglés en Buenos Aires, Argentina. Traductora. www.natalietaylor.org Contacto: tangonata@gmail.com