¿Presentan algún riesgo de salud las amalgamas dentales?

Por Dr. Héctor Sáenz de Viteri Tejeda

En odontología se han utilizado distintos biomateriales de restauración directa como los composites, resinas, ionómeros de vidrio, oro y amalgama. La amalgama es probablemente el material dental más conocido o popular que hemos tenido hasta la fecha. Las amalgamas dentales se han usado en todo el mundo por más de 150 años pero en las últimas décadas se ha notado una menor aceptación por parte de los pacientes debido a la creencia de que el mercurio causa toxicidad en el cuerpo, así como en distintos órganos. También hay una mayor preferencia por una restauración del color del dientes en lugar de una de metal o de aspecto metálico.

¿Para qué se usan las amalgamas y de qué están hechas?

Las amalgamas dentales se utilizan principalmente para restaurar dientes que tuvieron caries y son más duraderas y menos costosas que una restauración del color del diente como las resinas.

Una mezcla de plata, estaño, cobre y mercurio crean una pasta que se puede empacar en el diente para llenar la cavidad creada por la caries después de haberla retirado. Mientras la amalgama llega a su fase de endurecimiento final le permite al dentista diseñar y moldear la restauración para que el diente tenga una apariencia natural. Una vez ya completamente dura se podrá realizar un bruñido y pulido para darle un aspecto brilloso.

El uso de amalgamas es seguro, no se ha podido demostrar su efecto negativo en la salud. Pero, ¿cómo te puede proteger tu dentista de exposición a la amalgama o los vapores del mercurio durante la remoción de una amalgama vieja o la colocación de una nueva? El uso de un dique de hule para aislar la cavidad oral del área de trabajo permite recolectar los excesos de material sin que lleguen a la cavidad oral. También para proteger el medio ambiente los consultorios dentales están adaptando trampas para recolectar desechos de amalgamas y evitar el desecho de las mismas a través del alcantarillado público. Las amalgamas viejas que no presenten evidencia de caries y se encuentren en un estado aceptable no deberán ser retiradas al menos que exista una indicación médica que lo pida.

Se ha recomendado que poblaciones de riesgo como los niños (menores de seis años), personas con deficiencias neurológicas o problemas de riñones, personas con sensibilidad o alergia a algún componente de la amalgama, madres amamantando y mujeres que planean quedar embarazadas opten por una alternativa a la amalgama como material de restauración.

La durabilidad de las amalgamas va a depender de varios factores como la presencia de caries secundarias, cambios en los márgenes de las restauraciones y una mala preparación de la cavidad. Hasta que no se invente un material igual o mejor que la amalgama y si tampoco la estética es muy importante, la amalgama puede seguir siendo un excelente material de restauración directa para los dientes posteriores.