¿Qué es el dolor?

Por Carlomagno Osorio 

El término dolor viene de una raíz latina que significa ser golpeado. Asimismo, tiene relación con términos como desbastar, labrar y pulir. En ese sentido, el dolor y su profundo significado es como una experiencia de quitar aquello que está estorbando o aquello que no es necesario dentro de un contexto particular.

Elisabeth Kübler-Ross, una famosa psiquiatra, expresaba que en medio de una experiencia de cambio, se vive profundamente el dolor. Esta misma escritura identificó las cinco etapas de la experiencia del dolor, sin embargo, estas etapas las analizaremos en nuestros próximos artículos.

Centrémonos en encontrar sentido y propósito a lo que significa el dolor en sí mismo para el ser humano.

Partamos de algo, el dolor no es un accidente sin importancia en la vida del ser humano, sino que es profundamente un jalón en alguna etapa de la vida para un despertar de conciencia y despertar espiritual.

Es lógico que el dolor nos haga sentir profundamente vulnerables, puesto que es como experimentar la desnudez en medio de un tumulto de personas y descubrir cómo nuestra propia humanidad nos hace experimentarnos frágiles. Esta experiencia del dolor es una fuerza poderosa que nos afecta y hace parte de nuestro camino, hace parte de lo que significa ser lo que somos. Y sólo desde allí y con un proceso profundo de conciencia y asimilación podremos encontrar la clave de una transformación y en este sentido el propósito del dolor. 

Vivir el dolor nos hace más humanos, nos permite encontrar un recurso en la empatía, para descubrir al otro en su realidad singular.

Ante la más mínima manifestación de dolor corre el ser humano a buscar algún tipo de paliativo que evite la sensación agobiante del mismo. Es por eso que nos encontramos inmersos en una sociedad llena de analgésicos sin receta médica, que generalmente provocan un efecto contrario al buscado, pues, entre mas tomes para evitar el dolor, más tendrás que tomar, pues, tu cuerpo se irá adaptando y pidiendo más para desaparecer eso que realmente es tu cura, pero tú le llamas enfermedad, dolor. 

En el fondo, el dolor revela una insatisfacción con la vida, hemos colocado nuestra vida como el centro y el horizonte de nuestro propio ser. Nos hemos convertido en los protagonistas del universo, desconociendo que solamente hacemos parte de un conjunto de formas y realidades. 

Cuando aprendemos a liberarnos de nuestros propios deseos e incluso de nuestras expectativas y llegamos al punto de descubrir que somos más que un yo personal, y que íntimamente estamos ligados a la universalidad, entonces logramos comprender que todo lo que vivimos hace parte de nuestra historia y al ser parte de nuestra historia es necesario.

Es necesario vivir el dolor, reconocer la tristeza y permitirte que te desgarre por un momento. Es necesario y ante todo valido para tu descubrimiento, reconocerte frágil, débil y en apertura a lo que la vida te presente como posibilidades para aprender. 

Psicoterapeuta

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Clínica del Alma 

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