Por Rodrigo Díaz Guerrero
De acuerdo con la OMS, desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. En 2016 más de 1,900 millones de adultos tenía sobrepeso, de los cuales más de 650 millones eran obesos. En nuestro país, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2018) del total de adultos de más de 20 años, el 39.1% tiene sobrepeso y el 36.1% obesidad, dando un preocupante total de 75.2% de población con acumulación anormal de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Las principales causas de este despunte es el estilo de vida: el desbalance entre el consumo y el gasto de energía. Por un lado el sedentarismo, la falta de actividad física; y por el otro, la gran oferta de productos alimenticios con alta densidad calórica a bajo precio, entre otros factores.
Afortunadamente, en la actualidad hay maneras eficaces para tratar la obesidad mórbida en personas en que las medidas tradicionales como la dieta, el medicamento y el ejercicio no han dado resultado; hablamos de la cirugía bariátrica o de obesidad, que contribuye a resolver comorbilidades y a mejorar la calidad de vida, pues los pacientes obtienen varios beneficios, como la reducción de la presión arterial, de la glucemia, de los niveles del colesterol y la eliminación de la apnea del sueño.
¿Qué es la cirugía de obesidad?
Es todo procedimiento encaminado a la pérdida de peso y a la corrección de comorbilidades asociadas a ello. Actualmente existen dos procedimientos estandarizados mundialmente: la manga gástrica y el bypass gástrico. El primero es un procedimiento restrictivo, en el que se retira el 80% del estómago, con lo que se consigue que el paciente coma menos y no tenga hambre. El segundo, es un procedimiento malabsortivo (que cambia la forma en que funciona el aparato digestivo), en el que también se reduce considerablemente el tamaño del estómago, creando un estómago de aproximadamente 4 cm de longitud, que se une a una porción del intestino. Es candidato toda persona con una masa corporal arriba de 35kg/m2 con alguna comorbilidad asociada como diabetes, hipertensión o apnea del sueño, o cualquier paciente con un índice de masa corporal de 40 kg/m2 o más. Estos procedimientos se hacen a través de cirugías de mínima invasión (con incisiones de máximo un centímetro de longitud) con lo que se tiene una rápida recuperación, con una corta estancia hospitalaria, con menor dolor y menor sangrado.
El estudio contrastado del tubo digestivo alto (esofagograma) es útil en pacientes postoperados de cirugía bariátrica para conocer la anatomía y el volumen del remanente gástrico en el postoperatorio precoz (tiempo cero), así como también para detectar posibles complicaciones.
Hoy en día, en San Miguel de Allende se cuenta con equipo hospitalario y médicos de primer nivel, como el Dr. Armando Joya, con más de 20 años de experiencia en cirugía de obesidad, junto con el Dr. Jaime González, especialista en cirugía gastrointestinal y laparoscopía; especialistas que se encuentran laborando en el Hospital Joya.
