El apocalipsis

Por Rodrigo Díaz Guerrero, José María Moreno, y Bernardo Moreno

Escuchar la palabra“apocalipsis” me remite al fin del mundo, lo que me transporta a finales de los noventa, cuando por ahí aparecían pseudo investigadores afirmando el inminente fin de los tiempos. Según el diccionario, apocalipsis es el fin catastrófico o violento que conlleva la desaparición de una cosa, especialmente del mundo; proviene del latín y más atrás del griego apokálypsis, que significa revelación, manifestación o descubrimiento. 

El libro Apocalipsis de la biblia cristiana es, quizás, el que creó más polémica para ser incluido en el nuevo testamento, es el texto cristiano con más simbología, supuestamente escrito en el siglo I por Juan, no se sabe qué Juan, algunos se lo atribuyen a quien fuese discípulo de Jesús. Se cree, también, que es un libro que les confiere revelaciones a aquellos hombres de fe. Es considerado por la mayoría de los académicos como el único libro meramente profético de la Biblia. 

En la historia reciente de las artes, el ser humano ha intentado darnos sus interpretaciones del apocalipsis, desde zombis cubanos hasta superhéroes luchando contra dioses para impedir que el fin se lleve a cabo. Me parece que un acercamiento certero es el que da Lars Von Trier en la desoladora y hermosa película Melancolía. Pero sin mayor preámbulo aquí les dejamos algunas recomendaciones ahondando en el tema. 

Sobre un tono apocalíptico adoptado recientemente en filosofía, Jacques Derrida 

Un tema imposible. No obstante, los tiempos turbulentos en los que vivimos –¡cuáles no!– puesto que, siguiendo a Derrida, el tono apocalíptico de gran señor que anuncia finalmente la revelación nunca llegará, por más que nos empeñemos en vaticinarlo. No es una propiedad de la realidad revelarse completa y claramente. No seremos nosotros, seres ínfimos y limitados, quienes presenciarán el fin de los tiempos. Y si bien, más allá de este texto, el número de la bestia “666” no es más que un código en hebreo para designar al emperador Nerón y no la fórmula del señor de las oscuridades, sigue siendo un número escalofriante si imaginamos a Nerón tocando su lira mientras Roma ardía. Quizás el peor horror concebible no es el que se revela, sino el que nunca termina de llegar.

Nine Inche Nails, The Fragile (1999) 

Los fanáticos de NIN tuvimos que esperar 5 años, después del exitoso Downward Spiral, para el cuarto lanzamiento de esta agrupación de Cleveland: The Fragile, obra confeccionada de una manera, me parece, cinematográfica: casi imperativa su continuidad, generando una atmósfera claroscura donde por momentos reinan arreglos minimalistas, y por momentos distorsiones agobiantes, insertándonos, de una extraña manera, la idea de que el fin está próximo, posiblemente inspirado en la víspera del nuevo milenio; impregnada, también, por el doloroso descenso de Trent Reznor (líder, fundador y cerebro de la banda) a sus infiernos personales durante su producción: su lucha contra la adicción al alcohol y a la cocaína, la muerte de su abuela (quien lo crió desde los 5 años)… Con letras desafiantes y filosas, envueltas en los sonidos de un ejército de máquinas despiadadas bajo armonías complejas, los 23 tracks en esta producción de disco doble nos dibujan paisajes de desolación y nos invitan a pensar ¿cómo diablos lo echamos todo a perder?, pero con la sensación de que, bajo la chatarra de nuestras propias vidas, existe la esperanza de salir del agujero existencial en el que nos hemos precipitado sin darnos cuenta. El mismo Reznor describe el concepto de este lanzamiento, como una “temática de cosas cayendo”, una producción que, confesaría después, disolviera sus intenciones de suicidio. Un imprescindible del rock industrial. 

Oats Studio, 2017-2020

El gigante del streaming vuelve a hacer de las suyas sumando a su repertorio a Oats Studio, un proyecto de cine independiente dirigido por el cineasta sudafricano Oscar Neill Blomkamp (District 9, Elysium, Demonic) compuesto por 10 cortometrajes de ciencia ficción con altas dosis de horror, suspenso y un muy ácido sentido del humor, ambientados en tiempos post apocalípticos: alienígenas, androides, monstruos producto de situaciones extraordinarias, que entre parodias retrofuturistas y creativas animaciones, se logra una curaduría que seguro te dejará clavado en tu sillón por buen rato. Entre el repertorio encontramos a artistas de la talla de Sigourney Weaver, cuyo personaje es parte de un grupo de resistencia que se enfrenta a una raza reptiliana que está modificando nuestra atmósfera tras vencer a los ejércitos de la humanidad; o como Dakota Fanning, quien atrapada en una base militar, se enfrenta a una criatura extraordinaria, una amalgama de carne compuesta por las extremidades de los soldados caídos al enfrentarla, entre otras surrealistas historias con finales abiertos. Oats Studio se fundó en 2017 con la idea de subir a YouTube cortometrajes de ciencia ficción, para evaluar su posible éxito en largometrajes. Si te gustó Black Mirror o Love, Death & Robots, seguro agradecerás poder verla en la popular plataforma.