Por Luis Felipe Rodríguez
Tradicionalmente se ha aceptado que la zona donde nacieron los Hortelanos es el sureste de la ciudad por la abundancia del agua de los diversos manantiales, y por ello el surgimiento de las huertas. En esa zona del parque y la calle del Hospital, hoy calle de Aldama, vivían los primeros integrantes de la danza del Torito y de Los Locos. Don José Sánchez ya mencionó como la base de aquellos Hortelanos a las familias de doña Lola, doña Carmen y doña Fulgencia, su mamá.
En defensa de la auténtica tradición, don José recuerda que la familia Granados (los Tishas), que vivían en el barrio de Guadiana, eran quienes tocaban en los ensayos que se llevaban a cabo en casa de doña Andrea, junto a la casa de la familia Pérez, y aporta un dato que es muy revelador: los participantes eran aproximadamente 50 Hortelanos, la danza del torito sólo se compone de cuatro toreros y el toro, y el grupo de Locos era apenas de 20.
Muy de mañana se reunían los participantes para ensayar. Salía don Inés o el músico correspondiente interpretando las diferentes melodías que componen la serie de los Hortelanos y el Torito, e iban pasando por los integrantes a cada una de sus casas. Durante las celebraciones en los templos o en el parque, se repetía la forma de reunirlos y se les proporcionaba alimentos en alguna de las casas cuya familia se había comprometido a proporcionarles; se les ofrecía como almuerzo pan y atole de cáscara, y en la comida los típicos garbanzos.
Las ceremonias religiosas en las que participaban eran tres: Jueves de Corpus en la mañana, en la parroquia; octava de Corpus, en el Oratorio, en la tarde; y el día de San Antonio de Padua, en el convite y en la tarde en el atrio del templo, como remate de esta última se llevaba a cabo la charlotada que era: debajo del mezquite que todavía existe en el atrio de San Antonio se colocaban vigas y polines y formaban un ruedo en el que ponían vaquillas y becerros y Los Locos hacían la diversión de todos los presentes aunque, en alguna ocasión, se llegó a vencer el ruedo y los cuadrúpedos espantaron a más de uno.
La forma de organizarse es la siguiente: un grupo de personas que lo desea, casi siempre pertenecientes a un barrio determinado, se reúne con una familia de donde sale un encargado o capitán y se le da forma al grupo al que llaman: Cuadro.
Todos reconocen por ello a sus primeros integrantes a la familia Patlán, a don Cruz Patlán a quienes la gente conoce comúnmente como los camoteros por haber sido ese el producto que expendían en el mercado.
El Cuadro Nuevo
El Cuadro Nuevo se formó en 1961. El “Gordo” Ledesma, integrante por muchos años del Cuadro Nuevo nos informa que fue fundado por Joel Muñoz, el Bigotón, hijo de don Luis Muñoz, que tenía su cantina en la calle de Sollano; Luis Gutiérrez el “Indio”, que tenía un tendejón de semillas en el mercado antiguo; los Briones, de Santa Ana, los Guaracheros que estaban frente a la Biblioteca; don Primitivo Luna, el “Chipotas”; Francisco Castañón, el “Garbanzo”; Luis Bocanegra, el Tintis; Ángel Arriaga, el Cácaro; Jesús Perales, el Chiruja; Simón Espinoza, el “Mocho”; el Jaspeao; el Gato Márquez; Ceferino Licea, el Becerro; Tránsito Salazar, el Largo; Benito López, el Manita; José Lopez, el Calambres; Andrés Salazar, el Canillas; Evodio García, el Prieto; Luis Zúñiga, el Calatayud; Leoncio Ceballos, Loncho; Carlos Aranda Muñoz, el Dandy; Juan Espinosa, la Burra; Serapio Chavarría, el Tontillo; Antonio Espinoza, el Mejoral y Emigdio Ledesma, el Gordo.
Al poco tiempo se hizo una reestructuración y quedó como encargado Primitivo Luna, el Chipotas. A su muerte en 2009 le sucedió su esposa Angelita hasta 2016 que falleció y actualmente el encargado es Patricio Espinosa y Graciela Luna, sobrina de los anteriores directivos quien lleva participando unos veinte años y se inició por una manda que cumplió bailando cinco años y, después, viendo el resultado positivo de su intercesor, bailó cinco años más por otro favor concedido. Hoy lo hace por gusto.
Actualmente, el Cuadro Nuevo participa con unos 1,300 Locos: lo forman once grupos: el propio con los familiares, y los de don Juan Pablo Álvarez, el Gordo Ledesma, los Chirujas, el Topo Gigio, don Gerardo Chávez, la familia de Antonio Terán, el grupo de Stirling Dickinson de Fernando Palacios, la familia Cervantes del Infonavit Allende, la Mtra. Lucha González y en 2019 se les juntó un grupo de personas que sin máscaras se habían preparado para participar con un carro alegórico relacionado con la prevención del cáncer como un homenaje de la familia Vázquez Ramírez con la muerte de dos personas: Lucy y Ale. Ellos llevaban lonas y mantas con mensajes como: “Tócate para que no te toque”.
Además de los locos disfrazados, cada Cuadro tiene un grupo especial que se dedica a proporcionarles hidratación, llevarles los dulces que reparten, otros cuidan el orden para que nadie se introduzca sin gafete y uno más que cuida a lo largo del convite para que la gente, sobre todo los niños, en su afán de recoger los dulces no se acerquen demasiado a las llantas de los camiones.
El orden de los carros alegóricos siempre es un tema delicado y es decidido por todos, en un principio era dejado al azar y se sorteaba, hoy lo hacen de una manera más democrática y justa pues se acordó que fuera decidido por la cantidad de asistencias a las reuniones a que son convocados.
Para tener su propia imagen de San Pascual recurrieron a don Genaro Almanza quien elaboró la imagen que hasta hoy preside sus reuniones y participaciones públicas.
Las reuniones eran en la carpintería de don Primitivo Luna, el “Chipotas” y como pasaban por ahí y se quedaban platicando con él le empezaron a llamar el “Atorón”.
El Cuadro Nuevo, desde su formación en 1961 ha recibido invitaciones a diferentes festividades en donde alegran con sus contagiosos bailes. Así van a diferentes ciudades, en Guanajuato capital son parte importante dentro de las celebraciones profanas en los barrios del Carrizo y Terremoto; en Silao, en la fiesta de la Virgen de Guadalupe, en Dolores Hidalgo durante las fiestas de mayo, etc. De igual forma asisten a diversos barrios y comunidades.
Fuente: «Los Locos», Una realidad de locura.
A la venta en la papelería «El Iris».