Por Libera Lang
En tanto San Miguel de Allende se siga promoviendo como “la mejor ciudad del mundo” la amenaza de una urbanización e industrialización aceleradas en zonas de recarga del acuífero seguirá creciendo. Y ante la inmensidad de la crisis hídrica a la que se enfrenta la ciudad y zonas rurales, cabe preguntarse: ¿dónde están los arquitectos, ingenieros y urbanistas especialistas en diseño de protección ambiental, en proyectos autosuficientes, en edificación sostenible, en arquitectura sustentable, en construcción ecológica?
Fraccionamientos autorizados para sembrar de concreto los alrededores del Centro Histórico están diseñados desde la óptica tradicional de que el agua y la tierra son utilería y no recursos naturales susceptibles de agotamiento y contaminación. Y para abastecer la demanda del agua de aquí al año 2040 se ha construido un acuaférico de imprevisibles consecuencias, en vez de recurrir a las ecotecnias comprobadas por su eficacia y atemporalidad.
Existen ejemplos para ser emulados como los del arquitecto Armando Deffis quien antes de fallecer en 2015 definió las normas técnicas para el desarrollo sustentable en materia de vivienda social.
Fue pionero en México de la arquitectura ambientalista creando la Sociedad de Arquitectos Ecologistas. Impartió conferencias a lo largo y ancho del país y fue premiado nacional e internacionalmente por sus hallazgos. Visitó San Miguel de Allende en 1985 y dejó un plan de rescate hídrico que simplemente fue ignorado por el entonces gobierno municipal. Armando Deffis se adelantó a las consecuencias del cambio climático en la arquitectura y previó lo que hoy está en boca de todos.
Como muestra, un botón…
En l985 creó el conjunto habitacional Fuentes Brotantes en las faldas del Ajusco al sur de la Ciudad de México, con 2 mil 500 viviendas para una población aproximada de 18 mil habitantes. Fue el primer conjunto de viviendas sociales en México con reinfiltración pluvial y reutilización de aguas jabonosas.
Por un lado, el proyecto fue diseñado para que el total de la precipitación pluvial penetre al acuífero subterráneo mediante la reinfiltración natural en jardines, estacionamientos y áreas no pavimentadas. Por otro, diseñó para los mismos fines un sistema de red como parte integral de la obra arquitectónica.
El conjunto se dividió en seis grandes zonas donde se localizaron los puntos de reinfiltración mediante pozos de absorción previamente calculados y dimensionados con base en los datos de precipitación pluvial y permeabilidad del terreno, así como en los sondeos físicos para conocer la profundidad del acuífero. En aquel entonces se optó por la reinfiltración pluvial en vez de un sistema de captación de agua de lluvia —equipado para guardarla y tratarla— en virtud de que era comparativamente mucho más costoso. El conjunto habitacional, hasta la fecha, introduce millones de litros al año al acuífero de la Ciudad de México.
Además, toda la arquitectura residencial de Armando Deffis siempre contempló el uso de ahorradores de agua, reutilización de aguas grises, captación pluvial, tratamiento anaeróbico y reutilización de aguas negras, así como energía eléctrica solar fotovoltáica. Es importante subrayar que todas las infiltraciones de Deffis, —fueran conjuntos habitacionales o casas particulares— llevaron filtros de purificación naturales.