Por Valeria Ascencio
“Siempre pensé que para mis 45 yo debería tener un lugar dónde vivir. Entonces busqué un lugar donde pudiera tener calidad de vida y me hiciera sentir como parte del lugar, donde pudiera desarrollarme, no solo profesionalmente, sino integralmente. Entre broma y broma siempre dije que había que volver al lugar del crimen”, platica, divertida, Lorena Zedillo refiriéndose al estado de Guanajuato, de donde originalmente es su familia materna. No es un secreto que Lorena es la hermana del expresidente Zedillo, sin embargo, se esmera en que quede claro que siempre ha trabajado. Lorena es museóloga. Desde los 80´s se dedica principalmente a convertir espacios urbanos en centros culturales enfocados a ser utilizados como museos, bibliotecas públicas y algunos centros recreativos más encaminados al uso social de educación informal.
Conformando Equipos.
“En este tipo de trabajo se conforman equipos multidisciplinarios por los que se vuelve una actividad divertidísima. De los proyectos más emblemáticos de mi trabajo han sido el Museo de Arte Virreinal en Puebla (ahora Museo de Arte San Pedro) donde tuve la oportunidad de trabajar con el maestro Iker Larrauri, quien participó como museógrafo en el proyecto y Jorge Agustoni, en ese tiempo presidente y director de “Museográfica” (empresa dedicada a la planeación, diseño y realización de museos y exposiciones). Trabajó con nosotros en la adecuación del uso del edificio ya que era un lugar que había sido hospital, estación de bomberos, de camiones, cancha de tenis… en fin, había tenido un montón de usos, entonces limpiarlo, reintegrarlo, regresarle su dignidad y luego convertirlo en museo fue un trabajo interesantísimo. La primera construcción fue del siglo XVII y el último adosamiento fue a principios del siglo XX. Es uno de los proyectos que más satisfacción me dio. Por los equipos que formamos, pero sobre todo me hizo sentir que ya podía seguir, que ya contaba con una red de protección con la cual puedes contar para desarrollar el proyecto que se me presentara, porque uno solo no hace nada en la vida. Yo digo que con ese proyecto yo me titulé, por así decirlo, (en México no existe la carrera de museología, a lo mucho existe como especialidad) pero con la que me doctoré fue con “Crisálida” en donde el maestro Manuel Felguerez (1928-2020) me regaló casi un año de su vida. Se inauguró en el museo Rufino Tamayo y de ahí nos la llevamos a Puebla y a partir de entonces ha estado en varias sedes.
Integración Total.
Creo que las personas siempre estamos en la búsqueda de algo más y San Miguel de Allende tiene algo mágico.Yo digo de broma que es mágico-musical, que atrae. Algunos dicen que es porque hay una veta bajo nuestros pies de una piedra mágica, otros dicen que porque hay mucha agua, que por la minería, que por eso la gente se siente atraída de una manera positiva. Y yo creo que sí, que es mágico. Hay una integración total. Nos sabemos necesarios unos y otros económica, social y culturalmente hablando. Y eso te permite reinventarte porque siempre tienes la oportunidad de conocer a alguien más interesante, a alguien con más experiencia que tú, alguien que tiene sueños por realizar y eso siempre te está jalando. Y eso necesitamos para seguir. Se reinventa uno todos los días.
Museología y Actualidad
Actualmente está desarrollando 3 proyectos expositivos. Hacer museos requiere de inversiones de costos muy altos. “Se está trabajando desde una perspectiva muy simple o simplista. Las exposiciones de los museos que está haciendo la actual administración, desde mi punto de vista, dejan mucho que desear. No hay una integración de guiones temáticos, la búsqueda de las colecciones ha sido muy limitada, por lo mismo: el alto costo que tiene desarrollar proyectos de éste tipo. Los museos del siglo XIX, se exhibían sobre los muros, con sistemas de iluminación muy básicos. Desde esa generación hasta ahora han pasado 15 generaciones donde los objetos se pueden observar desde una tridimensionalidad total y la iluminación y la forma expositiva ha cambiado muchísimo. Sí hay espacios nuevos pero toda la fuerza y la investigación que se empleaba se está dejando a un lado por el efectismo. Yo la verdad no me siento muy cómoda con ésto. No he logrado transitar a ese nivel. Creo que me quedé como en la generación 12, jajaja… donde la base era una base científica”.