Por Fernanda Noriega
Muchas personas aseguran que la gastronomía más deliciosa del mundo es la mexicana con un argumento muy divertido: “México es el único país en donde los muertos regresan cada año para seguir comiendo”, haciendo alusión al Día de Muertos, el 2 de noviembre. No sé ustedes, pero yo no encuentro ninguna falla en esta lógica. Ahora bien, este no es el único ejemplo, una de las tradiciones más arraigadas en México es la de festejar el día de la Candelaria cada 2 de febrero, que es otro pretexto ideal para reunirnos en familia y disfrutar de una deliciosa vuelta a la mesa, en donde se comparten los tradicionales tamales con una gran taza de atole o chocolate caliente. Esta fecha, es una “segunda parte” de una tradición que todos conocemos: el 6 de enero, al partir la Rosca de Reyes los más afortunados (¿O desafortunados?) encuentran “al niño Dios”, y con ello se convierten en los encargados de “la tamaliza” el 2 de febrero para la familia y aquellos listos que se cuelen en esta querida tradición, que en algunos lugares de México es conocida como la Fiesta de la Luz o Fiesta de las Candelas.
Con el paso del tiempo, esta celebración se ha ido modificando no sólo en México, sino en distintas partes del continente, pero el festejo principal sigue siendo el mismo marcado en dos acontecimientos bíblicos: la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la Virgen después del parto.
Como seguramente sabes, esta fecha tiene un origen bíblico y es según el antiguo testamento que el 2 de febrero es la fecha en que se cumplían cuarenta días del nacimiento de Jesús, lo cual significa el término de la cuarentena de María y el término del ritual de acompañamiento para el niño.
la festividad de la Candelaria en México tiene que ver más con un ritual gastronómico. Esto tiene su explicación. Los alimentos presentados para el festejo están hechos de maíz, un ingrediente de origen prehispánico. En el calendario Azteca, el 2 de febrero coincide con el día en el que se homenajeaba a diversos dioses. Es por esto que las personas dedicadas a la agricultura y a la siembra de maíz, llevan su materia prima a bendecir a las iglesias en esa fecha especial.
Ahora que conoces más acerca de esta deliciosa tradición, seguro que podrás dar cátedra en la reunión familiar para compartir un par de tamales (o diez, ¿Por qué no?) Y disfrutar de una fecha en donde la gastronomía mexicana protagoniza una vez más, por supuesto, en la ciudad más bella que posee la humanidad.