Por Oriol Bolaño
Bernardo es una persona común y corriente, como a lo que hace referencia Jarvis Cocker en la canción Common people de Pulp, su banda favorita.
OB: ¿Cuál es el fondo de hacer cerveza?
BM: Siempre he tenido afición por los fermentados en general. Desde pequeño tomaba pulque, soy de esa generación que en su infancia tomaron pulque. Soy de un pueblo que se llama Huichapan y en aquel entonces había muchas pulquerías. Yo solía dar paseos a caballo al campo, algunas veces parábamos en la pulquería y me tomaba un tarrito, era ese tipo de tarritos de barro, muy refrescante, siempre me gustó. Me gusta que el pulque sea agrio, que genere espuma y que se sienta el alcohol. El gusto por la cerveza, como muchos de nosotros, lo generé durante la adolescencia. El gusto por diferentes estilos de cerveza lo tengo por haber visitado Portland con un buen amigo alrededor de 2006. Fuimos varias veces a la cervecería Rogue que tenía —quizás— cuarenta distintas cervezas, que ellos mismos hacían. Además, la estructura empresarial de esa cervecería era socialista, así que en general ganaba lo mismo el barman que el maestro cervecero o el mesero, todo eso hizo que me gustara más la cerveza. Mi estilo favorito es la IPA. La Indian Pale Ale es una cerveza con más cantidad de lúpulo, es más amarga, aunque los tipos de lúpulo que se usan para ese estilo son cítricos o frutales, así que ese amargor siempre tiene reminiscencias a alguna fruta y eso es delicioso. Así que, si quisiéramos encontrar similitudes entre cerveza y pulque, pues ese es uno, el amargor.
OB: Hay un debate acerca de la industria cervecera, mientras unos quisieran que se cimentaran más fábricas de cerveza y dieran trabajos, otros están preocupados por la explotación de recursos naturales, principalmente agua. ¿Tú qué piensas?
BM: Yo creo que estas empresas multinacionales sufren de gula, e intentan acaparar todo. Siempre están viendo cómo acaparar más, cómo reducir costos, cómo tener más mercado y tienen lobbies viendo por sus intereses. La cerveza y en general los fermentados son de las muchas cosas que consumimos pero que podríamos producir nosotros mismos. Deberíamos de producirlos y consumirlos con las personas que queramos.
OB: ¿Hay mercado para la cerveza artesanal en San Miguel de Allende?
BM: Seguro que sí lo hay. Nosotros no hacemos la cerveza con el enfoque de negocio convencional que además ya está pasado de moda, así como decir que los mega proyectos traen progreso o que pretendes el éxito. Progreso y éxito en una misma oración producen asco y nauseas. El enfoque de Freak! Microcervecería es hacer la mejor cerveza que podamos para disfrutar con la gente que amamos.
OB: Dejando el tema de la cerveza, también estás en el ramo de la construcción. ¿Qué es lo que haces?
BM: Sí y estoy muy feliz. Trabajo con mi hermana Cecilia y mi cuñado Peer. Ellos son arquitectos y tenemos una tienda de acabados residenciales. La tienda se llama Innovaciones Arquitectónicas y está justo enfrente del hospital La Joya. Hacemos desde remodelaciones, hasta la instalación de cualquiera de los productos que vendemos. Pisos de madera, vinílicos, pasto sintético, decks y un largo etcétera. Nos costó mantener la tienda y pasamos por tiempos duros durante la pandemia, pero ahora estamos mejor y con varios proyectos en desarrollo y por hacerse.
OB: Hay una explosión de residenciales, ¿qué piensas de eso?
BM: Sí, vaya que la hay, creo que son alrededor de cincuenta residenciales en San Miguel. Yo creo que es un cáncer y no pueden parar de construir. Es como una enfermedad. Claramente no están habitados muchos de ellos, debería haber un reglamento mucho más estricto. Por otro lado, muchos de esos residenciales que son la misma casa, una y otra vez copiada, usan los acabados más baratos y pretenden vender a precios estratosféricos, están sinceramente locos. Es una burbuja que va a tronar en algún momento, seguro.
OB: ¿Cuál es el último libro que leíste y película que viste?
BM: El último libro que leí es «Dignos de ser humanos» de Rutger Bregman, que es un historiador joven de Países Bajos. El libro es una perspectiva histórica de la humanidad. Lo que plantea el autor es que, por un lado, según Hobbs la naturaleza del ser humano es vil; quítale la ligera capa de barniz que es la civilización, la sociedad, la cultura, las leyes, la moral y sin eso el ser humano es envidioso, voraz y sanguinario. Esa es su naturaleza. Por otro lado, según Rousseau, el ser humano es bueno, amable y gentil por naturaleza, la sociedad es la que lo corrompe. El autor estudia doscientos mil años de historia y nos descubre que el altruismo y no la competitividad ha sido el motor evolutivo de la humanidad.
La última película que vi fue Aftersun en Mubi. ¡Gran película! Es la ópera prima de la directora escocesa Charlotte Wells. La protagonista rememora las vacaciones que tomó con su papá cuando era una niña de once años y su padre cumplía treinta y uno en un resort, en la costa de Turquía. Tienen una profunda y amorosa conexión entre padre e hija, pero también hay mucho que no se dicen. Es una película inmensamente emotiva, muy recomendable para todos, pero más para padres jóvenes.