Por Carola Rico
“A pesar de no tener mis piernas, soy una mujer completa”.
Laura Rodríguez
No cabe duda que hoy en día hemos avanzado en el tema de los derechos de las mujeres en el mundo. Algunas de las acciones en conjunto han dado pauta para equilibrar la igualdad de género, sin embargo, existen otros mundos, otros sectores y este es el de las mujeres con discapacidad.
Apenas el pasado 12 de septiembre celebramos en México el Día Nacional de las Mujeres con Discapacidad, fecha que se promulgó en el Senado de la República en 2020 con el fin de voltear a ver a las mujeres con alguna condición y que viven una doble discriminación.
Conocí a Laura Rodríguez por una entrevista de la radio, me comuniqué con el conductor del programa en donde fue entrevistada para ver si podía tener sus datos y obtener una entrevista sobre su vida; ella aceptó.
Laura Rodríguez es una mujer guanajuatense originaria de León, y habló en exclusiva para Atención San Miguel. Cuando le platiqué el tipo de medio que somos y los lectores a los que llegamos, ella se emocionó porque su historia llegaría más allá de las fronteras y podría ser un paso más para marcar la diferencia.
Laura es una mujer cálida, atenta y educada, así que concretamos la entrevista y ella respondió a todas mis preguntas mientras yo solo pensaba en lo extraordinaria que es. Así que esta es su historia…
La discapacidad de Laura Rodríguez fue adquirida el primero de enero de 2010, este año nuevo comenzó con una vida nueva sin ni siquiera imaginarlo.
Laura relata que estaba de visita en la casa de su hermana en la ciudad de Irapuato, eran aproximadamente las 4 de la mañana y recién habían terminado el festejo con una cena familiar. Laura cuenta que se fue a dormir y más tarde su hermana la despertó para pedirle que la acompañara a buscar a su hijo que no llegaba —había salido con sus amigos—. Llegaron a donde estaba el chico y cuatro personas se ofrecieron a llevar a la novia de su sobrino a su casa. De repente Laura vio una luz encima de ella, luego despertó un mes después sin entender lo que había pasado… transcurrieron los días y después le informaron que había perdido las piernas.
Laura describe que esta noticia fue impactante y sintió que el mundo se le venía encima. En ese entonces ella tenía 20 años de edad, pero asegura que desde un principio su mentalidad fue positiva y pensaba que no por estar llorando en una cama le crecerían las piernas. “Sí es muy duro el camino, pero eran más mis ganas de seguir viva”, comentó Laura.
Su recuperación fue muy dolorosa, estuvo seis meses internada entrando a diario a quirófanos, tenía heridas muy grandes, los doctores le daban anestesia para dormirla y poder curarla. Por la mente de Laura pasó el querer “tirar la toalla”, pero siempre se dijo: “Tengo un propósito en esta vida y tengo que continuar”.
Después vino el día a día y asegura que ha vivido mucha discriminación por su discapacidad, incluso de su propia familia. “En la calle robas miradas y murmullos”, dice. Laura recuerda que cuando nació su niña mucha gente iba a visitarla y le preguntaban: “Oye, Lau, pero tu niña sí tiene piernas, ella nació bien”. Y ella respondía: “Yo también nací y estoy bien”.
Laura conoció a su esposo cuando ella tenía 14 años y gran parte de su recuperación después del accidente la pasó en Irapuato. Cuando regresó a León se reencontró con él y ahora tienen una niña de seis años y un niño de dos.
Actualmente Laura trabaja en una escuela, tiene un negocio donde vende botanas y es ama de casa, a ella le toca planchar y lavar trastes, además de compartir el cuidado de sus niños con su marido.
Laura solo pide más respeto e inclusión hacia las personas con alguna discapacidad, que se pongan por un segundo en su lugar y que vean sus necesidades, como rampas bien elaboradas, establecimientos adaptados y un sin fin de cosas más.
Su meta de vida es volver a caminar, es seguir modelando y qué mejor que ser un modelo a seguir para sus hijos, que el día de mañana ellos la vean y digan “mi mamá sí pudo”.
“Hoy quiero decirles a todas las personas que están pasando por una situación de discapacidad que no se dejen vencer, que sigan con sus metas, con sus sueños, todo es posible con un poco de esfuerzo, despierten con esas ganas de seguir, de continuar con la vida a pesar de las adversidades que nos tocó vivir”, comentó Laura.
Por último, pregunté a Laura qué le hacía falta en su vida y ella respondió que independientemente de que le faltan las piernas se siente una mujer completa.