Por Francisco Peyret
Ya desde finales del siglo XX era difícil pensar que una figura pública pudiera sobrevivir a una mala campaña de publicidad. Con la llegada del internet, las grandes corporaciones se apoderaron y concentraron los principales medios de comunicación del planeta, en México por dar un ejemplo, de acuerdo al estudio llamado «Mom México», 11 familias son propietarios de los principales medios de comunicación. Gobiernos y partidos políticos han incrementado sus inversiones en campañas publicitarias para conservar o acceder al poder político. En esta nueva dinámica, la relación entre los medios de comunicación y su influencia en los gobiernos-estado se ha intensificado en los últimos tiempos.
En estos momentos en América Latina estamos viendo cómo los gobiernos están pasando por verdaderas crisis de gobernabilidad. Sólo basta con echar un ojo a los casos de Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia y Brasil, donde se han estado librando verdaderas batallas entre grupos de poder, donde los poderes mediáticos están jugado un papel fundamental; los golpes de estado son buenos ejemplos. La intensidad, los alcances y la inmediatez de cómo viaja la información en estos momentos puede ser un boom para unos y la destrucción para otros.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegó a gobernar la Ciudad de México en el año 2000, en ese tiempo inventó las conferencias informativas de cada día, bien conocidas hoy como las «Mañaneras». En aquel entonces a las 6am, en plena calle, en el Centro Histórico de la CDMX. Desde ese tiempo, digamos ya con más precisión desde el 2004, se perfilaba como un fuerte contendiente a la Presidencia de la República, desde entonces podemos decir que AMLO ha sostenido un fuerte batalla frente a los medios tradicionales de comunicación.
Debo confesar que nunca he visto una «Mañanera» completa, pero en los últimos tiempos me empezó a dar curiosidad descubrir a AMLO como un fenómeno de la comunicación social, analizando a los principales periódicos y analistas políticos de este país, uno descubre que todo lo que publican es entorno a AMLO, las noticias son sobre lo que declara cada mañana, sobre cómo viste, sobre sus hijos, sobre su pasado, sobre cómo habla; las principales noticias de este país son todas en torno al mundo de AMLO y su gobierno. La cantidad de noticias negativas en contra de AMLO y su gobierno son innumerables cada día: le cuestionan y dicen de todo, sin embargo, su popularidad parece que sigue intacta, ¡han sido impresionantes sus dos últimos eventos masivos en el centro de la CDMX! Caminar por cuatro horas entre multitudes es algo impensable para el presidente de cualquier país del mundo.
Me di a la tarea de seguir en redes sociales a los principales medios nacionales de comunicación: el Financiero, Radio Fórmula, El Universal, Milenio Noticias, con sus principales líderes de opinión; Carlos Loret de Mola, Brozo, Denisse Dressder, Leo Zukermman, Carlos Alazrakí, José Cárdenas, Joaquín López-Dóriga, entro otros. Por otra parte, seguí a medios independientes como el Chamuco TV, el Chapucero, Los Periodistas, Sin Embargo, El Astillero, entre otros. Pude identificar unos 30 muy consistentes. Para mi sorpresa, cuando revisé los impactos y reproducciones de las noticias de los medios tradicionales frente a los medios independientes, descubrí que las diferencias son abismales, mientras los alcances de los líderes de opinión como López Doriga y Loret de Mola van de los rangos entre 15 y 30 mil por noticia, los de los líderes independientes pueden ir a un rango de 50 a 250 mil impactos por un video.
De acuerdo con los datos que publica la Oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República, el impacto al día de las «Mañaneras» va de entre los 3 y 5 millones, y si a esto le sumamos la cargada de medios independientes que constantemente están cuestionando a los medios tradicionales y, claramente, algunos de estos están francamente a favor de AMLO, entonces podemos sacar conclusiones. Una de las frases que se repiten mucho en los medios independientes es cuando AMLO dice algo como: «Gracias a Dios me tocó gobernar en el tiempo de las benditas redes sociales».
Para que nos demos una idea de los gastos en medios, tomemos dos datos: 1. Según datos del Instituto Nacional Electoral (INE), los partidos políticos tienen cada año un presupuesto de unos 150 millones de pesos. 2. Peña Nieto en su último año de gobierno, nada más en su oficina de comunicación, se gastó 7,850 millones de pesos. A estos gastos podemos sumarle lo que han invertido unos cuantos empresarios en campañas contra AMLO durante años, es decir, los mexicanos tenemos 20 años hablando y gastado mucho entorno a López Obrador: un hombre de 69 años, dispuesto a darse de golpes cada mañana con quien se le ponga enfrente, tal parece que esa es la esencia de su estrategia. Para mí es un hombre aparentemente viejo, que ha entendido tan bien la era digital, que lo ha llevado a convertirse en un fenómeno de la comunicación a nivel mundial.