Migración, agenda pendiente

Por Francisco Peyret

Ya cumplimos casi 30 años de haber firmado el primer acuerdo de libre comercio con Canadá y los Estados Unidos de América (TLCAN 1994) y hace dos años se actualizó este compromiso con la firma del T-MEC (1 de julio de 2020) que sustituye al primer tratado. Actualmente los tres países contribuyen casi al 25 por ciento del PIB mundial (EE. UU.: 15 por ciento, Canadá: 8 por ciento y México con casi 2 por ciento). 

Para México es muy cierto que el volumen de la economía creció considerablemente, pero en términos reales, entre 1990 y 2019, la economía mexicana creció a una tasa anual promedio de 2.6 por ciento, si bien su desempeño ha variado a lo largo de este periodo los resultados son malos. 

En relación con el ingreso per cápita de 1994, los mexicanos ganaban en promedio anual unos 5,000 dólares; actualmente se estima que el ingreso per cápita es de unos 6,600 dólares al año. Evidentemente con estos resultados es de suponerse que la generación de empleos no resolvió el tema migratorio de mexicanos movilizándose a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. 

A la distancia parece que los mexicanos nos lanzamos al tratado de libre comercio de manera muy inocente, pensamos que con el aumento de inversiones e intercambio de mercancías íbamos a resolver todos nuestros problemas de educación y pobreza. Desafortunadamente nos concentramos en los sectores manufactureros y no en el desarrollo tecnológico con el fin de producir bienes de alto valor agregado. Pero lo más grave no está ahí, porque abrir las fronteras no significó simplemente abrir las puertas de par en par para un intercambio regulado de mercancías, bienes y servicios, lo más doloroso es que el acuerdo comercial paralelamente trajo consigo el crecimiento exponencial del intercambio de armas, drogas y personas. 

La semana pasada por el evento sucedido en San Antonio, Texas, los mexicanos recordamos una vez más que los dos males que más nos atormentan son el tema migratorio y la inseguridad, podemos aceptar ser pobres, pero la desintegración familiar y no pasarla divertidos eso sí que nos mata. De acuerdo con datos publicados por Europapress, las rutas migratorias de las Américas, cuyo principal destino es Estados Unidos, han cobrado en lo que va de año casi 500 vidas, según nuevos datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ya incluyen los 53 inmigrantes muertos atrapados en un camión en San Antonio, Texas. Desgraciadamente, como apuntó Jorge Durand de la Jornada «En el tráfico de migrantes, a diferencia de la comercial, hay un descuido total con la mercancía, si pasa algo no pierden el dinero ya cobrado y si mueren, como en el caso de San Antonio, ni quien reclame».

Los ciudadanos de Canadá, México y Estados Unidos debemos ser muy conscientes de que la migración y el tráfico de drogas son problemas que solo se pueden resolver si los tres socios comerciales trabajan para ello, de otra forma estamos frente a pura simulación. Actualmente miles de canadienses y norteamericanos se están moviendo a México (en una siguiente entrega hablaremos con precisión de los números y los motivos) por lo que cada día resulta más evidente que no basta con ser la región comercial más dinámica del planeta, es necesario construir una región que comparta los mismo principios bajo los que seguramente se cimentaron estas tres naciones: democracia, paz, libertad, igualdad y felicidad.