Por Francisco Peyret
Mi primer recuerdo de los mundiales fue gracias al Mundial de México 70, había visto por televisión la semifinal entre Alemania vs. Italia (catalogado como el partido del siglo). Según mis memorias, terminé muy molesto porque había ganado Italia con un marcador de 21-20. Unos días después ocurrió la final y mi único recuerdo de ese día fue que apareció un señor con los shorts de Pelé en un programa de televisión muy famoso en México llamado Siempre en Domingo; Brasil había ganado el mundial.
Durante los años setentas empezamos a ver el fútbol a colores, iniciaba la era de la mercadotecnia promovida principalmente por las marcas cerveceras, pero seguía siendo algo muy simple. Recuerdo que a los ocho años íbamos caminando a los campos de entrenamiento del Club América (el equipo más popular en México), siempre nos arreglábamos para entrar hasta los vestidores y así conseguir los autógrafos de los jugadores más famosos de aquel entonces. En ese tiempo los futbolistas tenían buenos sueldos, fama y novias bonitas, pero al mismo tiempo sus carreras eran muy cortas y su futuro era muy incierto. Un futbolista se retiraba a los 30 años, hoy en día la medicina deportiva y el alto rendimiento son de otro nivel.
Para los años ochenta, el Mundial de fútbol subió a otros niveles, México celebró su segundo mundial en 1986 y ya teníamos a Hugo Sánchez jugando en España, la comercialización creció considerablemente, ya no solamente veíamos fútbol mexicano, veíamos copas latinoamericanas, la Eurocopa y la Europa Champions League. Para las finales de cualquier campeonato se llenaban los restaurante y bares, con la aparición de más mujeres aficionadas al deporte de las patadas que parecía algo exclusivo y diseñado para hombres.
En estas décadas, figuras como Pelé y Maradona convirtieron a este deporte en un fenómeno global, en 1976 Pelé regresó al fútbol por un contrato de un millón de dólares con el Cosmos de Nueva York y Maradona costó al Barcelona en 1982 unos siete millones de dólares. Hoy en día ni en los mejores de sus sueños esos dos jugadores imaginaron los costos de transferencias y sueldos que alcanzan los futbolistas de la actualidad. Para dar un ejemplo, el francés Kylian Mbappé cuesta alrededor de unos 200 millones de euros. Marketing Registrado, una agencia dedicada al deporte, estima que la recaudación para el Mundial de Qatar será de 17.000 millones de dólares. Se prevé que al Mundial asistirán 1,2 millones de turistas, un dato importante teniendo en cuenta que la población total de Qatar es de 2,8 millones de habitantes.
Por años, el mundo del fútbol fue muy celoso de sus tradiciones, los mundiales se celebraban en Europa o América en países con historia futbolera, pero todo cambió cuando se celebró en los Estados Unidos en 1994, más reconocido por otros deportes que por el fútbol. Fue un giro mercadológico importante y, aún cuando muchos no estaban de acuerdo, el mundial resultó muy agradable, finalmente Estados Unidos es un país con una gran tradición e infraestructura deportiva envidiable, además de que es un país con ciudadanos migrantes de todo el planeta.
El Mundial de Qatar es un caso diferente, primero que nada, ganó la candidatura en medio de mucha controversia y supuesta corrupción, es un país con una trayectoria futbolística que todo mundo desconoce, solamente sabemos que muchos jugadores famosos se van a retirar a ese país por millones de dólares. Es raro no tener el mundial en verano y tengo mucha curiosidad por ver a los aficionados queriendo celebrar los triunfos de sus equipos, seguramente veremos en redes sociales cosas locas en habitaciones, albercas y lobbies de hoteles dadas las restricciones impuestas por el gobierno de Qatar a los turistas, tales como la prohibición de demostraciones de afecto públicas, beber en la calle, relaciones entre personas del mismo sexo, quien luzca la bandera LGBTIQ+ en el Mundial será arrestado por siete u 11 años.
Para terminar, van algunas frases notables del fútbol:
«Si yo no hubiera hecho todas esas cosas malas, Pelé no llegaba ni a segundo en la lista mundial», Maradona, futbolista argentino.
“El fútbol es popular porque la estupidez es popular”, Jorge Luis Borges, escritor argentino.
«En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol», Eduardo Galeano, escritor uruguayo.
«La rabia por el maltrato y el poco respeto al fútbol femenino nos hace competir con más ganas», Vero Boquete, futbolista española.
“Las fiestas mexicanas suelen tener un desarrollo curioso. Lo primero que se acaba es el hielo, luego el agua mineral y después los refrescos. Lo último que se acaba es el alcohol. Lo mismo sucede en los estadios. Cuando el triunfo, la fama y la gloria ya se han ido de la cancha, nuestra pasión sigue intacta”. Juan Villoro, escritor mexicano.
«Si hubiera nacido feo, ustedes no habrían oído hablar de Pelé», George Best, futbolista y Pop Star de los años sesentas en Inglaterra.