Por Bernardo Moreno
Dándole seguimiento al juicio de García Luna —exsecretario de Seguridad Pública, principal responsable de la estrategia de la guerra contra el crimen organizado, declarada por el expresidente Calderón, con la cual se disparó la violencia en México a partir del año 2006— es el repentino acortamiento del juicio. De los supuestos, más de setenta testigos que la fiscalía había dicho tener, no serán ni la mitad los presentados. De las carpetas de investigación con cientos de pruebas que la fiscalía presumía, aún no hemos visto nada. Aunque se considera como prueba los testimonios que se han presentado, no parecen ser suficientes. Hace falta que se compruebe toda la narrativa que se ha armado con fotos, videos, grabaciones, estados de cuenta, investigaciones financieras que sustenten los dichos y comprueben los delitos de los que se le acusa a García Luna. Este es un proceso que lleva desde finales del año 2019 y próximamente concluirá. Lo que no queda duda y nos está dejando el conocimiento del juicio es la inmensa corrupción y la coordinación de diferentes instituciones de seguridad a favor del crimen. La patética simulación a través de montajes, creación de pruebas, testigos inexistentes, decomisos falsos, a los que se prestan jueces y por supuesto medios informativos y periodistas millonarios. En fin, toda una maraña que ha salido a flote.
Uno de los testigos que más dejó de qué hablar fue Edgar Veytia alias “El diablo”, exfiscal del estado de Nayarit, confeso narcotraficante, asesino y torturador. El Diablo empezó su carrera en las fuerzas del orden, de la mano de Roberto Sandoval, siendo alcalde de Tepic, la capital de Nayarit en 2008. Veytia fungió como director de tránsito municipal, un año después fue promovido a secretario de Seguridad Pública. Más tarde, Roberto Sandoval se hizo gobernador y nombró a Veytia como subprocurador en 2011 y dos años después pasó a ser el fiscal del estado, hasta el año 2017, cuando cruzando por el paso fronterizo entre San Diego y Tijuana fue capturado por el FBI, aún siendo fiscal.
En ese momento, el gobernador y padrino de su carrera no movió un dedo y dijo estar “totalmente indignado por su doble personalidad”. Era de todos sabido el vínculo estrecho con el crimen organizado que tenía para traficar cocaína, heroína, anfetaminas y marihuana, además de haber impuesto la ley de terror, extorsión y despojos en el Estado y los más de mil desaparecidos que dejó.
Veytia declaró en el juicio contra Genaro García Luna como testigo cooperante. Dijo haber recibido la orden, enviada por Calderón, de proteger a la gente del “Chapo” Guzmán. Dijo también que el exgobernador Sandoval, mientras fue alcalde de Tepic, había pactado con los Beltrán Leyva a cambio de pagar su campaña a la gubernatura. Después de saberse lo que declaró Veytia, por fin Calderón se pronunció a través de un tuit diciendo: “Me he reservado opinar sobre el juicio al ing. García Luna hasta que concluya. Por ahora niego categóricamente las absurdas declaraciones que reporta la prensa que hizo hoy el testigo Veytia. Lo que señala sobre mí es una absoluta mentira. Nunca negocié ni pacté con criminales”.
Para la entrega de este artículo es posible que ya sepamos qué decidió el jurado. El último y tan esperado testigo fue “el Rey” Zambada, hermano del “Mayo” Zambada, máximo líder del cártel de Sinaloa. El Rey afirmó haberse visto con García Luna para entregarle personalmente dinero, como protección para los negocios de su hermano. Cinco millones de dólares, en al menos dos ocasiones. Inclusive narró en qué restaurante de la ciudad de México se vieron, el restaurante Los Campos Elíseos. El Rey abonó inmensamente a la narrativa, a través de las preguntas que los fiscales hacían atando cabos de los más importantes dichos que testigos anteriores habían señalado. Según los especialistas, la narrativa finalmente se solidificó con este último testigo y parecería que no quedó nada suelto. Nunca llegó la prueba contundente (la grabación, las fotografías o algún video), pero es realmente pesada toda esta narrativa que se logró, ¿será suficiente como para declarar culpable a Genaro García Luna y sentenciarlo a cadena perpetua?
Otra óptica de este juicio es que no quedó duda de la increíble corrupción de los cuerpos de seguridad del Estado mexicano y la profunda compenetración que tienen con el crimen organizado, suficiente —piensan algunos— como para que Estados Unidos declare terroristas a los cárteles y cambie la dinámica entre México y Estados Unidos.
Foto: El Sol de México