Por Jesús Aguado
Espera, Guadalupe Reyes no es una persona; tampoco hay un puente físico que se llame así; pero sí es un periodo de 26 fiestas continuas que van desde el 12 de diciembre—Día de la Guadalupana—hasta el 6 de enero día de Reyes Magos. Pero primero, lo primero es celebrar a la Virgen del Tepeyac.
Y sí, los fuegos pirotécnicos son parte de la temporada, y seguro la música sonará fuerte desde las 11pm del 11 de diciembre esperando cantar las mañanitas a la Virgen de Guadalupe, en la mayoría de los templos de San Miguel y donde se encuentre cualquier nicho dedicado a ella como el del Mercado Ignacio Ramírez . La fiesta es grande, y es que antes que ser mexicanos, los mexicanos son guadalupanos. Y por eso es la patrona de los taxistas, de los comerciantes, de los trabajadores, en fin; basta con poner atención en las paredes de los edificios civiles, en los nichos de iglesias, en los pasillos de mercados, en el tablero de un tráiler, ahí está la Virgen de Guadalupe—madre y reina de México.
La Guadalupana en la historia de México
La Virgen de Guadalupe es la advocación Mariana más querida del país, por eso no es coincidencia que más de las empresas privadas den el día libre a sus trabajadores (este año caerá en domingo). Y aunque el gobierno ha tratado de mantenerse “alejado” de la iglesia, no ha podido, probablemente porque como dijo una vez Monseñor Luis Felipe García para Atención “el que nace en México, por default es Guadalupano”.
La imagen de la Virgen de Guadalupe se utilizó como emblema de la lucha independentista, que comenzó la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Cuando Miguel Hidalgo tomó un lienzo con la virgen de Guadalupe a su paso por Atotonilco.
También están las “banderas gemelas” del regimiento de los Dragones de la Reina, levantadas el 16 de septiembre en la villa de San Miguel el Grande (hoy de Allende). Las banderas de Ignacio Allende, como también han sido llamadas, tienen en la cara principal la imagen de la Virgen de Guadalupe coronada como patrona jurada de la Nueva España, y en el reverso se combinan el águila mexicana posada sobre el nopal y el arcángel San Miguel. Las banderas, dijo para este medio la historiadora Graciela Cruz, fueron arrebatadas a los insurgentes en la batalla del Puente de Calderón en 1811, donde se produjo la derrota más importante de la primera etapa del movimiento de Independencia frente al Ejército Realista de Félix María Calleja, quien las envió al rey Fernando VII en 1814 como trofeos de guerra, y hasta hace unos años formaban parte del acervo del Museo del Ejército, en España. En mayo de 2010, durante la celebración del bicentenario, España las devolvió a este país (una como regalo, otra en préstamo).
La Guadalupana fue utilizada cien años más tarde por Emiliano Zapata durante la Revolución mexicana. Aunque con las leyes de Reforma de Juárez en 1857 se estableció una separación de religión y estado y además los bienes de la iglesia fueron confiscados; Monseñor Luis Felipe García, de la Basílica de Guadalupe, comentó que Juárez era devoto de la Virgen.
En 1999 el entonces candidato a la presidencia de la República, Vicente Fox, utilizó una imagen de la Virgen de Guadalupe en su cierre de campaña. También el 1 de diciembre del año 2000 previo a tomar posesión como presidente de la república fue a la Basílica de Guadalupe y allí, junto a su familia oró, repitiendo el mismo acto el último día de su mandato en 2006.