Por José Arturo Morales Tirado
Desde julio de 2008, San Miguel de Allende y el Santuario de Atotonilco fueron nombrados Patrimonio de la Humanidad bajo el título de Villa Protectora de San Miguel y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco. Para los sanmiguelenses representó un gran orgullo contar con tan reconocido nombramiento y, a partir de esa fecha, nuestra querida ciudad se daría a conocer aún más a lo largo y ancho del mundo. A 14 años de su nombramiento, ¿qué ventajas y desventajas tiene ser una ciudad Patrimonio?
En principio, debemos diferenciar los nombramientos de la UNESCO y los de las revistas especializadas en turismo —Condé Nast y Travel + Leisure —. Las declaratorias de la UNESCO de 2008 y 2010 en torno al patrimonio natural y cultural, tangible e intangible de parte de San Miguel de Allende (Villa Protectora de San Miguel y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco), y el Camino Real de Tierra Adentro son una categoría netamente cultural y/o de ecología por su carácter excepcional (auténticos, únicos, irrepetibles).
Los de las revistas especializadas en turismos son netamente comerciales enfocados en la mercadotecnia y la generación económica de turismo; repito, dos categorías con sus intereses, objetivos y metas de diferente origen, aunque, al final del camino, coinciden en el impacto (para bien o para mal) sobre el turismo en este destino.
Las declaratorias de la UNESCO no son arbitrarias, están fundamentadas en 10 criterios públicos y consensuados por los países miembros de las Naciones Unidas. En el caso de la antigua Villa de San Miguel en el actual San Miguel de Allende, el nombramiento obedece a los siguientes argumentos: Por ser crisol de influencias mutuas (española, criolla e indígena) y el intercambio entre Europa y la actual América Latina.
Para Atotonilco por su arte excepcional barroco de Nueva España que, junto con el concepto del arquitecto Roberto Burillo y el mío propio, preferimos mencionarlo como ejemplo excepcional del arte barroco popular novohispano. Sobresaliente en esta obra general están los óleos de Juan Rodríguez Juárez, los murales en cuatro técnicas (canda, fresco, temple y sobre lámina de plata) de Miguel Antonio Martínez de Pocasangre, y la creación conceptual y de diseño escenográfico – arquitectónico del padre criollo Luis Felipe Neri de Alfaro.
Beneficios:
- Pone en valor el carácter excepcional (auténtico, único, irrepetible) del Sitio Patrimonio de la Humanidad.
- Se protege el patrimonio excepcional.
- Atrae más turismo.
- Hay un mejor posicionamiento del destino turístico a nivel internacional
- Potencial de mayor atracción de dinero y generación de riqueza.
- Obliga, por acuerdos internacionales, a legislar para proteger y conservar el patrimonio excepcional incluido en la declaratoria y, colateralmente, al patrimonio adyacente y en las visuales de su paisaje.
- Se obliga a contar y ejecutar un plan de manejo del sitio declarado para mantener los criterios de la selección, así como de custodia y de ser necesario se restaure sin depender de los cambios de gobierno.
- Hay acceso a los fondos económicos del Patrimonio de la Humanidad para preservar y restaurar.
- Prestigio con el potencial de mejorar la calidad de vida de los habitantes y visitantes
- Motivación e incentivos para no perder los beneficios de la declaratoria a través de políticas públicas y prácticas de turismo sustentable.
Perjuicios:
- Atracción de más vecinos, visitantes y turismo, muchas veces (fines de semana) por encima de la capacidad de carga humana, carga turística y carga vehicular.
- Descontextualización: principalmente del factor cultural-histórico, natural-ecosistémica. Gobernanza más compleja no siempre atendida con calidad y alcances necesarios (principalmente en los planes de ordenamiento ecológico-territorial); dinámica demográfica y social más compleja y poco atendida, principalmente en los temas de migración (emigración e inmigración) y marginación.
- A los visitantes, turistas y hasta la población local, la percepción del patrimonio excepcional se cosifica y se hace “común y corriente”.
- Pérdida de identidad y sentido de pertenencia por parte de la población local.
- Llegada masiva de visitantes y turistas con impacto potencial de deterioro del patrimonio en su conservación y restauración.
- Gentrificación de la villa histórica y su entorno.
- Las marcas comerciales comienzan a ser más influyentes en políticas públicas y mercadeo y a tener más valor sobre el patrimonio excepcional (auténtico, único, irrepetible).
- Malas o deficientes intervenciones en la restauración y mantenimiento del patrimonio pueden deteriorar y hasta perder los electos esenciales en lo tangible e intangible.
- Nuevos usos de inmuebles patrimoniales, potencialmente, ponen en riesgo la integridad al no ser el más adecuado.
- Con nuevos usos de suelo, se demerita y deteriora el valor patrimonial, cultural e histórico de monumentos patrimoniales.