Por Rosario Ruiz

Un sábado por la mañana, de camino a casa, me encontré con un letrero que atrajo mi atención: “Tamales de Angélica estilo Guerrero”. Decidí acercarme para probar uno. “Hay de chile rojo, chile verde, de queso, de pollo, de frijoles y nopales”, me dijo Angélica, la propietaria. Pedí uno de chile verde con pollo. 

Mientras disfrutaba mi tamalito verde con atole de chocolate hecho de masa de maíz, pregunté a Angélica cómo llegó a San Miguel y qué la llevó a vender tamales. Pude percibir en sus palabras que es una mujer fuerte, trabajadora y soñadora. Me contó que es originaria del estado de Guerrero y que llegó hace 14 años a San Miguel de Allende por invitación de su hermana para encontrar mejores oportunidades laborales. 

Cuando inició la pandemia, como muchas personas, Angélica pasó por momentos difíciles. Gracias a la generosidad de unas personas que regalaban despensa a quienes lo necesitaban, Angélica pudo darles de comer a sus dos hijas pequeñas. Cuando las cosas estuvieron un poco mejor, Angélica en agradecimiento preparó unos ricos tamales estilo Guerrero para entregarlos a esas generosas personas. 

El sabor era tan único y especial que aquellos comensales quedaron impactados, y motivaron a Angélica para que abriera su puesto de tamales. Así lo hizo. Primero lo puso en el corredor de Las Cachinches, en la colonia Guadalupe. En ese lugar no pasaba mucha gente y no tuvo tanto éxito. Después se cambió al mismo corredor, pero del lado de la Aurora, junto al Puente Viejo, donde ahora más personas pueden ubicarla y probar sus deliciosos tamales y atole de arroz y de maíz. 

Algo que caracteriza sus ricos tamales, aparte del toque de comino, es que no están hechos con manteca como los que conocemos, por lo que los tamales de queso son perfectos para los vegetarianos, y los de frijolitos y nopales para los veganos. Desde un día antes prepara las salsas y deja los ingredientes listos para que el sábado, muy de madrugada, se levante a prepararlos. 

Entretanto me contaba su historia, observaba que con mucha familiaridad personas mexicanas y extranjeras se acercaban a comprarle, pues reconocen y aprecian su sazón, lo que a Angélica le da mucha alegría y motivación para seguir vendiendo.  

Platicar con ella fue muy ameno, así que también me atreví a preguntarle qué le gustaría hacer en el futuro, y me respondió que sueña con tener su localito donde las personas puedan sentarse tranquilamente para disfrutar sus tamales calientitos y otros platillos guerrerenses. Además, sueña con tener su propia casa para que cada una de sus hijas tenga su habitación, y tener estabilidad económica para que ellas puedan seguir estudiando. 

Angélica habla náhuatl y español, pero tiene unas amigas que hablan inglés que la ayudan a vender sus tamales a los extranjeros, así que si te interesa hacer un pedido especial, puedes llamar a Susan y Randy Toole (+01 77 02 41 32 92) o a Sue Mathias (415 153 52 69) para pedidos en inglés, y al 415 145 5818 para pedidos en español. Visítala cada sábado y domingo en el mercadito a un lado de Puente Viejo, en la Aurora. O los martes en Jaime Nunó 37, en la colonia Guadalupe, de 8 de la mañana hasta agotar existencias.