Por Rodrigo Díaz Guerrero

Ramón Aviña es un artista plástico originario de la Ciudad de México que radica en San Miguel de Allende desde hace un par de años, donde poco a poco se ha ido colocando en la escena artística de la ciudad, con un talento innegable y un original estilo que oscila entre el figurativo clásico de los desnudos impecables de sus grabados y puntas secas; hasta el abstracto profundo, que podemos apreciar en sus ilustraciones, collages y pinturas. Estudió anatomía artística en la conocida Academia de San Carlos de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, para luego trabajar algunos años para grandes y medianas agencias de publicidad, haciendo, sobre todo, ilustraciones. Hoy, como parte de un ejercicio de reencontrarse a sí mismo, regresa a los menesteres artísticos, descubriendo en la atmósfera de San Miguel los desafíos e inspiraciones que buscaba para estos efectos. 

RDG: ¿Cómo definirías la diferencia fundamental entre la creatividad al servicio del marketing, de la creatividad al servicio del arte?

RA: Pienso que la creatividad al servicio del marketing toma atajos, inventa sensaciones, pinta para vender… y la creatividad en el arte se anhela, se desea por su espíritu profundo, personal e inexplicable; digamos que se vende porque es un bello discurso personal.

RDG: ¿Cómo y por qué elegiste San Miguel para retomar el camino del arte?

RA: Lo conocí por casualidad, sin expectativas. Y descubrí un cúmulo de artistas en distintas disciplinas, muchos para un espacio tan pequeño, calor humano y mucho por descubrir. Decidí que era el lugar perfecto para retomar el camino: propuestas, espacios, colores, personas; todo en uno, todo como un cielo abierto.

RDG: ¿Qué otra disciplina artística te gustaría explorar?

RA: Ahora mismo estoy por comenzar a trabajar con el barro, con la dirección que ya hago en escultura figurativa. La textura y espíritu del barro es hoy el siguiente reto. Nunca lo había trabajado y este primer contacto fue casi familiar. Estoy muy entusiasmado con esta mezcla de escultura-cerámica como nuevo reto, e impaciente por ver los resultados.

El trabajo de Ramón Aviña lo podemos ver a través de dibujos postales colocados en varios cafés de San Miguel, en exposiciones itinerantes en algunas galerías, en los murales de El Manantial y La Hija del Manantial y, desde luego, en su propio taller. Si desea contactarlo, escríbale por WhatsApp al 415 168 05 73 o al correo dominguez.spazio@gmail.com