Historia del Arte en San Miguel de Allende: Pedro Martínez

Por Natalie Taylor

Entra al patio de Bellas Artes, y a lo largo de las paredes del fondo encontrarás diversos murales, todos realizados por Pedro Martínez. Tal vez no has oído hablar sobre él porque nunca alcanzó el estatus de alguien como Diego Rivera o David Siqueiros, aunque Cossío del Pomar dijo que “nació pintor”. Sus murales son excepcionales y es alguien que vale la pena conocer. 

Pedro Martínez nació en Monterrey, México en 1901 y comenzó a dibujar desde pequeño. Pero su familia no creía que el arte fuera una carrera que mereciera la pena, así que estudió en la escuela de negocios para complacer a su padre. Afortunadamente, su talento fue descubierto por uno de los grandes artistas de esa época, Alfredo Ramos Martínez, quien convenció a su padre de que el chico era extremadamente talentoso y debía estudiar arte. Pedro destacaba en el dibujo y la pintura, pero cuando se dedicó a la escultura ganó un importante premio por su trabajo. 

Incapaz de estudiar en París como él soñaba, se deprimió. En su lugar, se fue a Estados Unidos a realizar trabajos domésticos para pagar sus estudios en la escuela de arte de Minnesota. Ahí conoció a Ruzia Skossowska, otra estudiante, con quien se casó en 1928, para luego regresar juntos a Monterrey. Encontró trabajos pintando retratos de damas de sociedad, haciendo relieves en madera, y en el departamento de publicidad de una compañía de cerveza. 

Un adinerado amigo suyo decidió convertir una vieja hacienda de Tamaulipas en un hotel de lujo y le pidió a Pedro que la decorara con murales. Pedro llevó allí a su esposa y a sus hijos y disfrutaron de la vida en la hacienda mientras él pintaba. Ahí había un gran huerto de naranjas, uvas, limones y aguacates. En 1941, Pedro fue invitado por Cossío del Pomar para enseñar la técnica del fresco, que era su fuerte. Encontró que San Miguel de Allende era muy hermoso y le encantaba enseñar en Bellas Artes. 

Es aquí, en Bellas Artes, donde dejó su legado que podemos disfrutar al día de hoy. Un mural llamado “El Fanatismo del Pueblo” (1939) muestra probablemente a aquellos que creen ingenuamente en supersticiones. Comúnmente, el mural es llamado “El Vampiro”, y algunos dicen que la criatura representada es El Chupacabras, un monstruo legendario que chupa la sangre de las cabras. Los rostros de los personajes expresan vívidamente horror y miedo. 

Luego comenzó lo que Cossío del Pomar llamó una obra maestra: La Pulquería. El mural muestra a un grupo de mexicanos en una cantina, tomando una auténtica bebida mexicana, el pulque. Cada personaje muestra distintas emociones y proyecta su personalidad. Un hombre con un sombrero mira arrogantemente hacia abajo. Dos hombres se inclinan el uno hacia el otro en la barra en una postura de conspiración. Cada hombre en la barra del primer plano muestra una emoción diferente: enojo, indiferencia, curiosidad. Incluso el solitario hombre bebiendo al fondo parece transmitir una historia oculta. 

En el verano de 1942, pintó Los Tejedores en la pared sobre el rellano de una de las escaleras de Bellas Artes. Posteriormente, le pidieron crear un mural mostrando los héroes de la Independencia de México. Se llama Almácigo de Patriotas, y describe a los principales personajes revolucionarios. El mural se encuentra en una zona apartada del patio principal. 

En 1943, la familia se mudó a la Ciudad de México donde Pedro comenzó a trabajar para una compañía cinematográfica creando grandes paisajes. También pintó pósteres de algunas de las películas de la Época de Oro del cine mexicano y continuó enseñando periódicamente en la Escuela de Arte de San Miguel. También realizó modelado en arcilla, esculturas talladas en madera y fabricaba arcos y flechas porque le gustaba el tiro al blanco. 

A menudo visitaba Santa Engracia, y ahí hizo hermosas decoraciones en las paredes, algunas de ellas aún las podemos ver. También trabajó para el cine, haciendo el póster de la película estadounidense de 1936 El Último Mohicano, protagonizada por Randolph Scott. Diseñó también las portadas de varias revistas. 

Cuando finalmente decidió montar una exposición de sus obras, la muerte le llegó inesperadamente. Murió por un ataque al corazón en la madrugada del 1 de junio de 1961, a la edad de 59 años. Sin embargo, su legado permanece: “Pedro Martínez nació pintor”. Somos afortunados de tener mucho de su trabajo en nuestra ciudad. 

Natalie Taylor: Licenciada en Literatura Inglesa y Periodismo, Universidad de Loyola, Chicago, 1995. Máster en Escritura Creativa, Vermont College, Montpelier, VT, 1999. Escritora, editora y periodista publicada. Profesora de español en Estados Unidos, profesora de inglés en Buenos Aires, Argentina. Traductora. www.natalietaylor.org Contacto: tangonata@gmail.com