Los artistas de San Miguel de Allende hoy: Desde lo más profundo de la tierra

Por Natalie Taylor

Al considerar la obra de arte de Ana Cornejo y Heinz Kunzli, una palabra se destaca: colaboración. Ambos artistas reúnen aspectos dispares en muchos niveles. Lo hacen no solo como pareja, combinando variadas disciplinas, sensibilidades, así como diferentes orígenes étnicos y nacionales. Lo más importante es que la colaboración es evidente en cómo y por qué crean su arte.

Heinz Kunzli nació en Suiza y comenzó su carrera como ingeniero y arquitecto. Se interesó por las rocas y los minerales y comenzó a coleccionarlos. Lo que descubrió fue que muchos minerales, algunos de origen volcánico, podían pulverizarse para producir pigmentos de colores únicos. Empezó a ver cómo estos colores orgánicos podían convertirse en parte de una obra de arte: una pintura que utilizaba únicamente pigmentos naturales, extraídos de las entrañas de la tierra.

Ana Cornejo es de Perú y trabajó en comercio internacional durante muchos años. Pero su mayor interés era el diseño de ropa. Se conocieron hace muchos años, llevaron vidas separadas, hasta que finalmente se reencontraron. Había llegado el momento de que estuvieran juntos, y eso los llevó a casarse.

Juntos han viajado por todo el mundo en busca de minerales que puedan ser utilizados en la producción de su arte. Estos minerales tienen millones de años y colocarlos sobre un lienzo u otra superficie significa traer lo antiguo al presente. La obra seguirá perdurando como las mismas rocas. Durante mi visita, Heinz me invitó a tocar una de las pinturas. Me sentí privilegiada, de la misma manera que cuando pongo una mano en uno de los antiguos muros de nuestro centro histórico, pero en este caso estaba tocando los inicios primordiales de nuestro planeta.

Entre los muchos lugares que Heinz y Ana han visitado en busca de minerales, fue una mina en España, donde recolectaron carbón a 450 metros bajo tierra. Pero este es sólo uno de los sitios. Han viajado por todos los continentes en su búsqueda de minerales específicos que producirán otro color, una adición a su paleta terrenal.

Cuando llegó el momento de encontrar un lugar para jubilarse, consideraron seriamente Puglia en Italia. Sin embargo, cuando realizaron una exhibición de su trabajo allí, alguien dijo que deberían visitar San Miguel de Allende antes de tomar su decisión final. Tan pronto como llegaron aquí, se enamoraron de la zona y en muy poco tiempo compraron una propiedad a unos quince minutos de la ciudad. Heinz diseñó la casa donde ahora residen, ubicada en lo alto de una colina, con magníficas vistas de las montañas, la Presa y la ciudad. Aquí tienen su galería, estudios y suficiente terreno donde Ana puede disfrutar de su amor por la jardinería. Han plantado cientos de árboles, y el lugar es un verdadero paraíso natural. Los grupos pueden hacer arreglos para venir a ver sus obras de arte en este entorno mágico.

Tanto Ana como Heinz comienzan cada pieza inspirándose en la naturaleza. Puede ser un lienzo sobre el que se aplican capas de material natural, luego se deja secar y asentarse. Aquí es donde entra la colaboración con la naturaleza, porque horas después, las capas pueden haber tomado un nuevo carácter, una nueva forma, que luego lleva al artista a la siguiente etapa de creación. Cada obra es un descubrimiento, un verdadero trabajo colaborativo entre el hombre y la naturaleza.

A veces, cuando Heinz o Ana llegan al punto en que sienten que un trabajo puede necesitar un “algo” indefinible, el otro puede hacer una sugerencia, o tal vez incluso ser invitado a agregar un toque personal. Durante mi visita Ana aplico un toque de amarillo en una de las obras de Heinz.

Aunque ambos usan casi exactamente los mismos materiales y técnicas en la elaboración de sus piezas, hay una diferencia en sus productos finales. Con la obra de arte de Heinz sentí una sensación de vitalidad y fuerza. Casi podía imaginar un intento de capturar la naturaleza. Las obras de Ana parecían traer una visión más romántica y más suave del cosmos. Me dijo que ella no “pinta la naturaleza”, se inspira en ella. Ana caracterizó el trabajo de Heinz como fuerte, “es un huracán”, dijo. ¿Y tú? Le pregunté. “Soy la brisa que pasa y deja una fragancia”.

Las obras de Heinz Kunzli y Ana Cornejo se presentan actualmente en Casa de Europa, hasta el 10 de enero de 2023. Puede ver una muestra de su trabajo allí, o visitar su galería contactándolos en art@couleurs-dailleurs.ch

Natalie Taylor: Licenciatura en Literatura Inglesa y Periodismo, Universidad de Loyola, Chicago, 1995. Maestría en Bellas Artes en Escritura Creativa, Vermont College, Montpelier, VT, 1999. Escritora, editora y periodista publicada. Profesora de español en Estados Unidos, profesora de inglés en Buenos Aires, Argentina. Traductora. www.natalietaylor.org Contacto: tangonata@gmail.com