Fin de siglo y otros poemas

Por Zaira Eliette Espinosa

Sumo esta columna en el marco de dos temas relevantes: los recientes homenajes nacionales a José Emilio Pacheco quien el pasado 30 de junio hubiese cumplido 83 años, y a las reflexiones en torno a la legendaria colección de Lecturas Mexicanas del Fondo de Cultura Económica.

En 1984, se publicó el libro Fin de siglo y otros poemas con el número 44 de la serie de Lecturas Mexicanas. Ocho años después, en 1992, el libro tuvo una reimpresión en la misma colección. Desde su primera publicación a que se terminara el siglo aún restaban dieciséis años.

Desde una juventud testigo de movimientos sociales en todo el mundo, Pacheco estaba muy cerca de las percepciones que adolecían al cambio de época en los ochentas y lo que se percibía hacia el futuro.

Fin de siglo es una recopilación de la obra de José Emilio Pacheco publicada entre 1963 y 1980, incluido su poemario No me preguntes cómo pasa el tiempo, ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1969.

Para 1984, Pacheco ya había sido reconocido también con premios nacionales de periodismo, novela, ensayo y de trayectoria literaria. Él era el máster de los géneros que además de dominarlos, era bien sabido que los gozaba como paisajes únicos.

Fin de siglo reúne no sólo material valioso en el recorrido de las letras de Pacheco, sino también esa mirada permanente e imperativa sobre su entorno desmenuzada con las fauces de la poesía:

“Dentro de poco no sabré quién soy / entre todos los muertos que llevo encima // Cambiamos siempre de manera de ser y estar / como mudamos de camisa. // Pero lo malo de esta insaciedad / es que nada nos lava del ayer / como se limpia la otra ropa sucia”.

Leer la obra poética de Pacheco en Fin de siglo nos permite reconocer las cicatrices de injusticia y violencia que hemos vivido, con un sentido crítico acentuado en nuestro horizonte actual. Los ojos del poeta se vuelven el tacto de la verdad, una realidad que se respira sin importar cuándo se escribió, la poesía viva es esa, palabras a medida de cualquier tiempo, la trascendencia del verso.

Pacheco habla de México, de la selva, la ciudad, el mar, la muerte, las generaciones, de animales, guerras, de los shopping centers y en todos sus temas nos refiere un presente que nos identifica.

Qué importante fue y sigue siendo lo que queda de esa gran serie de Lecturas Mexicanas, que entre sus números publicó obra literaria de grandes escritores y escritoras de México como Guadalupe Dueñas, Beatriz Espejo, Elsa Cross, Julieta Campos, Inés Arredondo, María Elvira Bermúdez entre muchas otras.

Esperemos que dentro de los nuevos proyectos de promoción a la lectura en México se rescaten reimpresiones de todo ese material que tanta falta hace circular entre el cada vez mayor número de lectores mexicanos.

@zairaeliette