Por Juan Hernández
La noticia más importante para los migrantes en la última semana parecía ser la llamada telefónica que sostendrían los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de México, Andrés Manuel López Obrador. No obstante, la llamada no pasó de ser lo de siempre entre ambos mandatarios: halagos desabridos y largas, más largas a los temas de relevancia como lo es la estrategia conjunta para atender la migración. Mientras veíamos con acostumbrada desilusión los acuerdos que resultaron de esta llamada, al mismo tiempo explotaban dos bombas mediáticas que afectan directamente a los migrantes y a los republicanos rumbo a 2024: Donald Trump fue declarado culpable de abuso sexual y Ron DeSantis, Gobernador de Florida, firmó lo que ya es considerada la Ley Antiinmigrantes más dura de la Unión Americana.
Al conocer ambas noticias surge la gran pregunta: ¿el Partido Republicano seguirá viendo en Donald Trump o Ron DeSantis a sus mejores opciones para pelear por la presidencia en 2024? Estoy seguro que muchos líderes del “Gran Old Party” (GOP) se están quebrando la cabeza justo en este momento con la misma duda. O peor aún, quizás ya estén enterados de que muchas agrupaciones migrantes, no sólo de Florida sino de todo Estados Unidos, se cuestionan severamente: ¿quién apostaría por los republicanos en la búsqueda de la Casa Blanca en caso de que los nombres de Trump o DeSantis aparecieran en las boletas? Ambos personajes de la “farándula política estadounidense” robaron reflectores para ser noticia en la semana, sin embargo, podrían ser más que un dolor de cabeza para el GOP, tal vez sean la pala que comience a cavar su tumba nuevamente ante los demócratas en 2024.
Veamos el caso de Donald Trump. Según expertos en materia política, la sentencia por abuso sexual y difamación por la que, aparentemente, pagará cinco millones de dólares a la escritora E. Jean Caroll, es una cloaca que apenas se está abriendo. Recordemos que esta denuncia no es la única que trae a cuestas, también fue acusado en 2022 por la Fiscalía de New York por un fraude expansivo que duró más de una década y que el ex presidente habría utilizado para enriquecerse junto a otros integrantes de su familia. Y si revisamos su primer video de campaña como precandidato en este 2023, podemos ver que las difamaciones por las que ya fue condenado siguen siendo la base de su discurso: “Ellos [México y los países de América Central] están vaciando sus prisiones y sus instituciones mentales para arrojarlos a los Estados Unidos”, comentó Donald Trump apenas hace tres meses en su primer acto de campaña. (Puedes ver el video en https://www.youtube.com/watch?v=DNNdUQAn6es).
Por su parte, el Gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó el proyecto de Ley denominado SB 1718, norma que incluye medidas que dificultan el establecimiento de migrantes en situación indocumentada. Esta Ley contempla, entre otras cosas, imponer castigos de hasta quince años a quienes ayuden a los indocumentados con transportación, empleo y apoyo médico. “Esta ley no resuelve ningún problema, sólo deshumaniza a las personas en función de cómo llegaron a la Florida”, dicen integrantes de organizaciones de protección a los derechos humanos.
Sin duda que la Ley firmada por DeSantis es muy dura y seguramente provocará una gran deportación de migrantes a sus lugares de origen. En este sentido, lo primero que debemos hacer en México es un análisis a profundidad de dicha Ley, tarea que llevaremos a cabo en la Coordinación Nacional de Oficinas de Atención a Migrantes (CONOFAM), porque se trata de un tema que nos concierne a todos los estados del país. En cuanto a Guanajuato, desde la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional seguiremos trabajando transversalmente con otras dependencias, como nos lo indicó el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo al crear esta Secretaría, para poder apoyar a los migrantes en retorno de manera integral y facilitarles su reincorporación a la dinámica social, económica y cultural de nuestro estado.
Escribo este artículo de regreso del encuentro que sostuve en el Estado de Colorado con Elizabeth Velasco, joven originaria de San Francisco del Rincón, Guanajuato, y que fue elegida en 2022 como congresista en Estados Unidos. (¡Se dice que es la primera congresista de Estados Unidos nacida en México!) Antes de concluir este texto, me es imposible dejar de escuchar las palabras de Elizabeth: “Nos unimos, trabajamos duro, ¡y ganamos! Demostramos que podemos hacer posible el sueño americano”. Quizás tenga razón y el siguiente año sea el momento de hacer posible el sueño de todos los latinos que viven en los EE.UU.: una vida mejor para nuestros migrantes y sus familias. ¡Votemos en 2024 por candidatos en México y Estados Unidos que de verdad dignifiquen a nuestros migrantes, diría Elizabeth, nuestra paisana de Guanajuato!
Elecciones a la vista
Por Francisco Peyret
Las declaraciones recientes de congresistas norteamericanos apuntan a que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador enfrentará un mayor escrutinio en la relación bilateral y en la conducción de su política interna; mayores presiones en el tema migratorio, comercial y de política energética, y nuevos desafíos en la ya de por sí complicada relación con el Legislativo estadounidense, de acuerdo con los especialistas.
Luego de las elecciones intermedias de 2022, en la cual se registraron avances importantes para la población latina en Estados Unidos, especialistas analizan y predicen la importancia de los votantes latinos en la próxima elección de 2024. Sobre los temas más importantes para los latinos se encuentran la inflación, el derecho al aborto, el combate al crimen, inmigración y política de armas. Temas que serían clave para la elección de los votantes en las próximas elecciones.
Por esta razón, cada vez es más importante la posición que fijan los candidatos ante esta población que sigue creciendo en los Estados Unidos, pero para el caso de Trump y Biden, ya sabemos de qué va, bajo la administración Trump, se implementó una política de «tolerancia cero» que buscaba la detención y procesamiento penal de todos los migrantes indocumentados, lo que llevó a la separación de familias en la frontera. La administración de Biden ha adoptado un enfoque aparentemente más flexible y ha buscado revertir la política de separación familiar. Sin embargo, también ha enfrentado desafíos en la gestión de la afluencia de migrantes en la frontera sur.
Así como el tema del narcotráfico, el tema de la migración desde el punto de vista de los congresistas o candidatos norteamericanos parece que la culpa siempre recae del lado de los mexicanos. Las declaraciones en meses recientes sobre ambos temas han sido muy contundentes contra el gobierno mexicano. Durante los próximos meses electorales para los dos países se espera que el fuego cruzado se intensifique, pero francamente no se espera nada nuevo en los discursos, evidentemente la posición del gobierno de López Obrador es mucho más contestataria que los gobiernos anteriores, pero parece demasiado tarde para la presente administración para lograr un cambio en materia de política migratoria.
En una coyuntura donde China está aglutinando aliados en Asia, África y América Latina y la geopolítica está jugando un papel protagónico a nivel global, en América del Norte no tenemos una propuesta clara de cómo vamos a resolver nuestros problemas fronterizos, el comercio entre Canadá, Estados Unidos y México representa el 25% del comercio mundial, sin embargo tenemos un desastre fronterizo en materia de migración y tráfico de drogas, armas y personas. Los intereses que se protegen para que no existan propuestas bilaterales para empezar a resolver estos problemas son los más mezquinos que pueden existir en la vida.
Después de la pandemia y con la guerra de Ucrania vs. Rusia, el continente Americano completo aparece como un bloque comercial y socialmente desconectado mientras parece que los asiáticos, encabezados por China, están entrando en otra dinámica. Por ahora nuestros políticos aparecen con discursos repetitivos tratando de cuidar sus cotos de votantes, sin tomar riesgos y, mucho menos, sin alguna propuesta para resolver problemas que están afectando seriamente a los ciudadanos de ambas naciones.