¡Visita el Café Umarán!

Por Sal Guarino

Si bien San Miguel posee un montón de lugares en dónde satisfacer cualquier gusto, en un principio mi esposa y yo no nos convencíamos de entrar a alguno de esos restaurantes justo a un lado del jardín principal, sospechábamos que fueran trampas para turistas de un menor valor a lo que se puede encontrar fuera del primer cuadrante. Me complace admitir que en su mayor parte estábamos equivocados, especialmente en lo que concierne a un lugar muy especial, Café Umarán, localizado a tan solo unos cuantos pasos de la parroquia en Umarán 8. La única sensación de estar atrapados que sentimos en este lugar es más bien la de estar cautivados por un servicio amable, cálido y excepcional.

Desde nuestra primera visita al Café Umarán el verano pasado, hemos vuelto ahí decenas de veces y hoy en día vamos varias veces a la semana. ¿Por qué tan seguido? Hacen que sea fácil regresar. Para empezar, la comida es deliciosa. Su menú ofrece una variedad simple pero completa, cualquier persona se sentirá satisfecha. De manera rutinaria disfrutamos de sus cafés, croissants y desayunos ligeros. Cuando se nos antoja algo más sustancial, siempre hay algo delicioso a nuestra disposición, como una baguette de jamón serrano, una hamburguesa o un pan tostado con abundante salmón, todo perfectamente sazonado y preparado a la perfección. Cuando se me antoja algo más saludable, pero también sustancioso, me gusta pedir la ensalada de espinaca y pollo aderezada con aceite de trufas. Además de esta deliciosa selección, puedes también pedir una copa de buen vino, como 3V de Casa Madero, o tan solo pedir un trago preparado en su bar surtido con todo lo necesario. 

Más allá de mis halagos, lo más disfrutable del Café Umarán es la experiencia personal que siempre logra animarnos. Su iluminación sutil y una decoración cálida, estilizada y cómoda, la cual incluye un árbol ornamental que se decora según la estación, te harán sentir acogido desde un inicio, preparando el ambiente para un momento de relajación. Y entonces, puedes disfrutar del servicio más amable, amigable y auténtico que te puedas imaginar. El cliché acerca de hacerte sentir como en casa se vuelve confirmación gracias a su entusiasmo por servirte, su amabilidad y su genuino deseo de hacerte sentir una experiencia especial.

Recientemente, por algunos días tuvimos algunos problemas con nuestro internet en casa, así que durante esas mañanas pasamos por el Café Umarán para poder continuar trabajando en nuestras laptops. Al llegar al café la primera mañana, nos sentíamos algo incómodos sabiendo que estaríamos estacionados en una de sus mesas por unas cuantas horas, así que le comenté nuestra situación a Sofi, una de las meseras, con la esperanza de que no se volviera una cuestión difícil. Ella ni siquiera reaccionó cuando le comenté nuestras intenciones de estar ahí toda la mañana. En cambio, nos preguntó inmediatamente si queríamos que bajaran la música para que nos pudiéramos concentrar mejor. ¡Qué considerado y acogedor! De vez en cuando, Jaz, otra amable miembro del equipo del café, nos da una pequeña bolsa de galletas, y con una sonrisa nos agradece por visitar el café tan seguido. Tan dulces como son las galletas, la alegría que obviamente le causa a ella este amable gesto de gratitud es incluso más dulce. Siendo una pareja que aún se está acoplando a vivir en San Miguel, a hacer nuevos amigos y a ajustarse a una vida en otra ciudad (y otro país en mi caso), nos sentimos muy agradecidos de tener una segunda casa, como les gusta decir a este hacendoso equipo de meseros cuando se refieren al ambiente acogedor que les gusta propiciar. 

Momentos así son tan solo algunos ejemplos de los muchos gestos de amabilidad que recibimos en el Café Umarán. Algunos considerarían que su consideración y generosidad van más allá de lo necesario. Sin embargo, sabemos de primera mano que para Eduardo, Sofi, Jaz, Angi, Hilda, Linda y el resto del equipo hacernos sentir especial no es una estrategia pasajera diseñada para impresionar a sus comensales. Se trata más bien de un puñado de personas increíbles que simplemente son como son, y eso es lo que más nos gusta del Café Umarán.

No nos sorprende que tan solo después de estar abiertos por dos años, hayan abierto ya un segundo restaurante –Bistro Umarán– a la vuelta de la esquina en Jesús 3. Ahí puedes encontrar un menú más amplio para comida y cena y un lugar abierto y espacioso para sentarte. Lo más importante es que también ahí la misma cálida bienvenida y trato VIP te esperan. Así que si te sientes con ganas de sentirte especial hoy y te gustaría disfrutar de algunos de los tesoros mejor guardados de San Miguel –su amabilísima gente–, visita el Café Umarán o el Bistro Umarán y diles que Sal los recomendó. ¡Me lo agradecerás!

Sal GuarinoNacido en Brooklyn, Nueva York, ahora vive en el centro de San Miguel junto a su esposa mexicana. Sal siempre pone sobre la mesa un vasto juego de experiencias vivenciales. “¡SALudos de San Miguel!” es su forma de compartir la alegría de vivir en San Miguel a través de una lente de agradecimiento y pensamiento positivo. El primer libro de Sal, “SALutations”, fue publicado en 2018. Contacto: salguarino@gmail.com