Por Bernardo Moreno
Apenas se celebró el Día Nacional del Arqueólogo, así que aprovechando esa celebración, entrevistamos a Hugo Olalde, arqueólogo sanmiguelense. La arqueología es la ciencia que estudia, describe e interpreta una sociedad pasada a partir de sus restos materiales. Es fundamental entender cómo experimentaban la vida las civilizaciones que nos antecedieron para comprender la sociedad de hoy en día. Es importante difundir y divulgar todas estas grandes investigaciones arqueológicas y multidisciplinarias entre la gente, sobre todo del lugar donde vives. Hugo nos comenta que de acuerdo con el arqueólogo Luis Felipe Nieto, creador del atlas arqueológico de esta zona, existen más de ciento treinta asentamientos prehispánicos, algunos de ellos a la orilla del río Laja, ahora bajo el agua en la presa Allende. A la zona arqueológica más estudiada se le llama, la Cañada de la Virgen, que fue un centro ceremonial, muestra del apogeo de aquella civilización prehispánica. Aquí les dejo la entrevista.
BM: ¿Cuál fue tu primer acercamiento a la arqueología?
HO: Yo soy originario de la comunidad de Sosnabar, aquí en San Miguel de Allende. Desde joven me enteré de algunos vestigios prehispánicos que conocía la gente mayor. Intentaba comprender cómo podía sobrevivir la gente de entonces. Por supuesto, visitar el Templo Mayor me abrió la cabeza.
BM: ¿Cuál es la importancia de la arqueología para entender nuestro presente?
HO: Entre los arqueólogos tenemos un dicho muy sencillo que va así: conocer nuestro pasado para comprender nuestro presente e imaginar nuestro futuro. Es básico estudiar e investigar quiénes habitaron este lugar, necesitamos entender cómo vivieron para saber el porqué de nuestra sociedad.
BM: ¿Nos puedes hablar de tu paso profesional por el sitio arqueológico Cañada de la Virgen?
HO: Tuve un par de momentos, el primero entre el año 2004 y el año 2006, el segundo del año 2012 al 2020, bajo la dirección de la antropóloga Gabriela Zepeda. Me tocó excavar en los tres complejos que están expuestos, también fui parte de mantenimiento, conservación y restauración. Yo tomé algunas muestras físicas a las osamentas para un estudio reciente de ADN, llevado a cabo por la antropóloga física Karla Sandoval, porque se creía que el entierro principal era masculino y no, es femenino y se pensaba que la gente originaria era otomí, pero ha resultado que algunos tendrían herencia Náhuatl de la zona de Jalisco, otros tarahumaras e, inclusive, algunos del área Maya.
BM: ¿Desde cuándo se tiene registro de civilizaciones en la región?
HO: Se divide en tres fases. La primera del año cero al 450, llamada fase de Morales, por los vestigios encontrados en esa comunidad cercana a la ciudad de Comonfort, principalmente objetos de cerámica. Luego viene la fase San Miguel del año 450 a 540 que se expande por toda la región, sobre todo a orillas del río Laja. Culmina con la fase Tierra Blanca que hace referencia al apogeo con el centro ceremonial de la Cañada de la Virgen del año 540 al 1050.
BM: Hoy en día, ¿en qué estás trabajando?
HO: Actualmente soy parte del equipo de investigación de la sala de arqueología regional Izcuinapan, que se encuentra en el museo Casa Allende, y alberga más de 135 piezas arqueológicas seleccionadas. Ahí puedes notar toda la riqueza y toda la grandeza prehispánica de la zona. También soy guía de turistas certificado. Y me pueden encontrar por teléfono o WhatsApp en el 415 144 25 16.