Consejos para visitar los santuarios de mariposas monarca en México

El inicio oficial de la temporada es el 27 de noviembre de 2022. LUIS AVALOS/CREATIVE COMMONS
Mariposas monarca en la Sierra Chincua en Michoacán, México

Por Leigh Thelmadatter

Tras años de preocupación por su viabilidad, el pasado mes de julio, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró oficialmente en peligro de extinción a la mariposa monarca migratoria (Danaus plexippus). La organización señala a la pérdida de hábitat y al cambio climático por la reducción de su número hasta el punto de que puede no haber población suficiente para reproducirse.

Los que pasan el invierno en California ya están casi extinguidos, pero hay una gran preocupación por los que vuelan hasta 4.500 km desde Canadá y Estados Unidos hasta las zonas de invernada situadas en los altos bosques de pinos de la frontera entre el estado de México y Michoacán.

En 1986, México declaró más de 56.000 hectáreas de su zona de hibernación como terreno protegido, conocido como Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, pero la destrucción del hábitat, especialmente la tala, sigue degradando el hábitat de los insectos.

A sólo 100 km de Ciudad de México, 135 de Morelia y 185 de San Miguel Allende, las mariposas son una gran atracción durante la temporada que va de finales de noviembre a marzo. Algunas secciones de la reserva de la biosfera, llamadas «santuarios», están abiertas al público.

Hay seis principales (lo que significa que son los que tienen más permisos en regla): tres en Michoacán y en el estado de México. Los de Michoacán –El Rosario, Sierra Chincua Angangueo y Sierra Chincua Sénguio– son los más populares, y sólo El Rosario recibe hasta un millón de visitantes al año.

La popularidad tiene su parte negativa. Ellen Sharp lleva una década trabajando con el turismo y el activismo en torno a la mariposa monarca, y actualmente está escribiendo un libro sobre su experiencia titulado «Fragile Messengers». Afirma que le preocupa que tantos visitantes estresen a las monarcas.

Santuario de la mariposa monarca El Rosario en Ocampo, Michoacán El santuario El Rosario en Michoacán

«La gente debería pensar en visitarlas durante la temporada de noviembre a marzo y no en el mes de febrero, que es el más concurrido», dice. «Además, intente programar su visita durante los días laborables si es posible».

Otra buena idea es visitar santuarios menos conocidos, como los del Estado de México:  Piedra Herrada en Temascaltepec, La Mesa y Cerro Pelón, donde Sharp realizó su trabajo. Todos los santuarios ofrecen experiencias similares, visitas guiadas a pie o a caballo, con restaurantes u otros alimentos y algunas otras atracciones ecoturísticas.

Los santuarios más pequeños tienen menos información disponible en línea. Lo mejor es consultar el sitio de la Reserva de la Biosfera y los centros de información turística de los Pueblos Mágicos de la región (El Oro, Valle de Bravo, Angangeo y Tlapujahua) para conocer la información más reciente sobre la visita.

Para preservar la mariposa –y el turismo– hay una serie de normas y recomendaciones a seguir. Algunas son bastante obvias, como mantener la distancia con las criaturas y no tocarlas o molestarlas de alguna manera, así como no tirar basura, no llevar mascotas y no dañar la flora.

Otras son menos obvias: los santuarios recomiendan encarecidamente el silencio para mantener el ambiente general del bosque. También aconsejan permanecer en los senderos marcados para reducir al mínimo los problemas de erosión. También es muy recomendable alquilar un caballo. No sólo el terreno es extremadamente accidentado, sino que los alquileres son una importante fuente de ingresos para los lugareños.

Sharp da otro consejo importante. «Vigile por dónde camina: mucha gente pisa las mariposas mientras mira hacia arriba con sus cámaras».

Algunos sitios recomiendan denunciar a cualquiera que infrinja las normas, así como la tala ilegal si se es testigo de ello. Sin embargo, el primer consejo puede no ser práctico para los extranjeros, y el último podría ser peligroso si la tala la realizan miembros del crimen organizado, una posibilidad real.

Pero quizá la mejor manera de contribuir al bienestar a largo plazo de los santuarios de mariposas sea apoyar a las comunidades que viven en la región. Esta es una zona muy pobre de México, en gran parte porque las minas cerraron aquí hace muchas décadas. Aunque la tala está muy restringida, tanto los lugareños como los cárteles siguen cortando árboles aquí debido a la pobreza y al dinero que vale la madera.

Leigh Thelmadatter llegó a México hace 18 años y se enamoró de la tierra y la cultura, en particular de su artesanía y arte. Es autora de Cartonería mexicana: Papel, pasta y fiesta (Schiffer 2019). Su columna de cultura aparece regularmente en México News Daily.

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