Por Francisco Peyret
El Día del Maestro es una celebración muy importante en México, donde se reconoce la labor de los educadores en el país. El pasado 15 de mayo, como cada año, tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre el papel fundamental que tienen los maestros en la sociedad mexicana del siglo XXI. México es un país donde la educación pública ha tenido un proceso de deterioro y privación al mismo tiempo. Todavía en este siglo estamos inmersos en programas de educación muy tradicionales y no somos un país que esté enfocado al desarrollo de tecnología y ni a la investigación científica.
A diferencia de otros países, México se ha focalizado en promover una política industrial que busca la atracción de inversiones extranjeras del sector manufacturero, además de la capacitación de técnicos y obreros. China y Corea del Sur son ejemplos diferentes, de cómo desde el cambio de modelo educativo han desarrollado técnicos y profesionales inmersos actualmente en el desarrollo de tecnología propia. Estas son economías que iniciaron sus procesos de educación y reconversión productiva en los años ochenta del siglo pasado.
Los maestros mexicanos tienen la tarea de formar a las nuevas generaciones de ciudadanos del país, impartiendo conocimientos, valores y habilidades para la vida. Pero en la actualidad se enfrentan a nuevos desafíos ante la llegada de la Inteligencia Artificial y la tecnología en general. La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología que simula la inteligencia humana en una máquina, permitiéndole realizar tareas que antes sólo podían hacer los humanos. Esta tecnología va a revolucionar muchos aspectos de la vida moderna, incluyendo la educación.
En este nuevo contexto, el rol del maestro se tiene que transformar. Ya no se trata sólo de ser un transmisor de conocimiento, sino de ser un guía y facilitador en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Los maestros tienen la responsabilidad de ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades que les permitan adaptarse a un mundo en constante cambio y evolución. La tecnología ofrece nuevas herramientas y recursos que pueden ser de gran ayuda en el proceso educativo, como aplicaciones móviles, plataformas en línea, juegos educativos, realidad aumentada, entre otros. Los maestros deben aprender a utilizar estas herramientas para mejorar la calidad de la enseñanza y hacerla más atractiva y accesible para los estudiantes.
Sin embargo, también existen retos importantes que enfrentan los maestros ante la llegada de la IA. Uno de ellos es la necesidad de formación y actualización constante, para poder estar al día en cuanto a las nuevas tecnologías y su impacto en el proceso educativo. Además, los maestros deben adaptarse a los nuevos estilos de aprendizaje de los estudiantes, que pueden estar más acostumbrados a la tecnología y menos dispuestos a aprender de manera tradicional. Otro reto importante es el uso ético y responsable de la tecnología. Los maestros deben ser capaces de enseñar a los estudiantes a utilizar la tecnología de manera responsable y consciente, evitando los riesgos asociados al uso excesivo de dispositivos electrónicos y redes sociales.
El mal uso de la inteligencia artificial en la educación podría tener graves consecuencias. Uno de los principales riesgos es que la tecnología se utilice como un sustituto completo del papel del maestro. Aunque la inteligencia artificial puede ser útil para complementar el aprendizaje, no puede reemplazar completamente el rol humano en la educación. Si la tecnología se utiliza en lugar de los maestros, podría limitar la capacidad de los estudiantes para desarrollar habilidades sociales y emocionales, como la empatía y la interacción humana.
Además, la inteligencia artificial en la educación puede llevar a la segregación educativa y a la discriminación. Si la tecnología se utiliza para clasificar a los estudiantes en grupos basados en el rendimiento o los intereses, puede perpetuar la desigualdad y la exclusión. Así mismo, si la tecnología se utiliza para tomar decisiones sobre la educación de los estudiantes, como la selección de cursos o la asignación de calificaciones, podría introducir prejuicios y discriminación en el proceso.
Otro riesgo importante es la falta de privacidad y seguridad de los datos de los estudiantes. Si la tecnología de inteligencia artificial se utiliza para recopilar y analizar datos sobre los estudiantes, podría poner en riesgo su privacidad y seguridad. Los datos podrían utilizarse para fines malintencionados, como la discriminación o la manipulación.
Si la educación en México no se adapta al uso de las nuevas tecnologías y a la Inteligencia Artificial, la brecha educativa y de desarrollo con los países que cuentan con tecnología propia se hará cada vez más grande. El cambio de generación tecnológica es una oportunidad, pero si no se aprovecha, puede convertirse en una verdadera desgracia.