Por José Arturo Morales Tirado
A partir del descubrimiento de los veneros de plata y oro en 1548 por un grupo de arrieros que se dirigían de México a Zacatecas, de lo que pronto sería el Real de Minas de la Santa Fe de Guanajuato, se vuelve una prioridad la fundación de una villa en torno al presidio y capilla de indios de paz de San Miguel de los Chichimecas. Los arrieros encabezados por Rodrigo Vázquez —quien había recibido una merced de ganado por parte del Virrey Antonio de Mendoza a partir del avistamiento de rocas metamórficas asociadas con los metales de plata y oro, floreciendo en la superficie de San Bernabé y de Rayas— aceleraron la exploración de los cerros entre estos dos puntos, en parte por la motivación de las minas de Zacatecas, ya en producción desde 1546.
Mientras tanto en la zona del actual San Miguel de Allende, en 1551 indígenas copuces —defendiendo sus territorios— quemaron la primera capilla de San Miguel de los Chichimecas (hoy, San Miguel Viejo), ante este hecho, en 1555 se refunda San Miguel ahora como villa (para españoles y criollos) en las faldas del Montequehuma, con el aprovisionamiento natural, en esos años, del agua proveniente de más de 60 manantiales, los cuales por acción de la gravedad proveyeron del líquido fundamental a la naciente Villa Protectora de San Miguel.
En Guanajuato siguieron las exploraciones en torno a San Bernabé y Rayas – Mellado, entre 1548 y 1554. Juan de Rayas bautizaría con su apellido al primer mineral donde se perforó un tiro vertical, ocurrido en 1558, primero en Rayas y al día siguiente en Mellado, lo anterior al descubrirse la veta madre, siguiendo después con otros tiros verticales en otras minas, como: Santa Ana, Valenciana, San Nicolás Tolentino, la Garrapata, etc. A la vez, se establecieron presidios o fortines defensivos y de protección en 4 sitios de la hoy zona urbana de Guanajuato: Santiago (Marfil), Tepetapa, Santa Ana y en el Cerro del Cuarto.
En plena Guerra Chichimeca (entre 1542 y 1592), se establecen presidios estratégicos en el Camino Real de Tierra Adentro y sus caminerías, en esta primera Ruta de la Plata (México – Guanajuato – Zacatecas), entre otros: Puerto de Nieto, San Miguel y San Felipe, así como minas, presidios, villas, ventas, estancias de ganado, comunidades de indios de paz con sus capillas virreinales —conocidas como capillas de indios o capillas familiares por ser centros de administración de las cuadrillas de indígenas de arrieros—, trabajos agrícolas, cargadores, vaqueros, o de tareas propias de ganadería, e incidentalmente soldados aliados de los peninsulares en expansión en torno a las minas de plata, oro y mercurio.
A través de diferentes caminerías del Camino Real de Tierra Adentro entre las villas de San Miguel – San Felipe y el mineral de la Santa Fe de Guanajuato, al momento de descubrir la llamada veta madre de Guanajuato se abrieron hacia el cerro basáltico de el Cubilete las minas de: Rayas – Mellado, La Cata, Tepeyac, Valenciana, Santa Ana, Santa Anita, la Luz; hacia la Sierra de Santa Rosa: Peregrina, Villalpando, Peñafiel, la Sirena, San Nicolás Tolentino, Burgos; hacia el oriente en dirección hacia San Miguel: Calderones, el Cedro, el Cubo. De esta forma, en torno al Camino Real de Tierra Adentro se formarán diversas caminerías entre las villas de San Miguel y San Felipe y el mineral de Guanajuato. Para el final de la Guerra Chichimeca se fundarían por el liderazgo de Cristóbal de Oñate: la villa de San Luis Mexquitic (hoy San Luis Potosí) en 1592 y en 1598: la Villa Real de la Santa Fe de San Francisco de Asís, (hoy Santa Fe, Nuevo México), quedando establecido el itinerario principal del Camino Real de Tierra Adentro, desde la Ciudad de México hasta Santa Fe.
Una de las caminerías del Camino Real de Tierra Adentro más importantes en la historia patria es la que se construyó a comienzos del siglo XVII, entre el Real de Minas de Guanajuato, la congregación de Nuestra Señora de los Dolores y la Villa Protectora de San Miguel, ya que éste, en su tramo entre Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende significaría la Ruta de la Independencia en el primer día de vida del Ejército Insurgente el significativo domingo 16 de septiembre de 1810, en ese histórico día, liderados por Ignacio Allende, Miguel Hidalgo, Juan Aldama, Luis Malo, Mariano Abasolo y otros notables criollos de Dolores y San Miguel.
El camino auténtico de la Independencia, otra maravilla única e irrepetible excepcional de la Frontera de la Tierra Adentro que debemos procurar, conocer, cuidar, preservar y restaurar, comenzando por rescatarlo del abandono parcial y atenderlo integralmente con quienes lo viven y transitan aún.