Plástica contemporánea, maravilla intangible del espíritu de San Miguel de Allende

Por José Arturo Morales Tirado

La plástica contemporánea en San Miguel de Allende tuvo un impulso fundamental hace 85 años con la fundación del Centro Cultural Ignacio Ramírez el Nigromante, lugar al que comúnmente nos referimos como Bellas Artes. Fueron dos artistas mexicanos, recién enamorados de San Miguel de Allende quienes, indirectamente, ayudarían a la gestión de cuatro generaciones de artistas plásticos y artistas en general, más la sociedad cosmopolita contemporánea que se ha formado a fuego lento; creando una identidad, sentido de pertenencia y atmósfera de tolerancia y convivencia pacífica y creativa, aún en la vida cotidiana de San Miguel de Allende y sus alrededores.

El proceso comenzó en 1935 con la decisión del matador, actor y cantante aficionado Pepe Ortiz —el llamado orfebre de Guadalajara— de casarse por la Iglesia (católica) con la actriz Lupita Gallardo en el templo de San Francisco de San Miguel de Allende, siendo uno de sus padrinos su casi paisano, el actor de Hollywood y tenor de la Compañía de Ópera de Chicago y del Metropolitan Opera House: José Mojica Montenegro y Chavarín. 

Después de este evento, primero Pepe Ortiz y después José Mojica decidieron vivir en San Miguel. Ortiz compró el Atascadero, los Rico y Calderón; Mojica vendió su casa de Santa Mónica, California y compró la Granja Colón, al sureste del hoy Parque Juárez, finca a la que se le conoce como Villa Santa Mónica. 

Mojica, en un viaje en tren de Ciudad de México hacia Oaxaca, había conocido a Stirling Dickinson y a Heat Bowman y a partir de esa experiencia, junto a ellos, y sanmiguelenses visionarios de aquellos tiempos como Leobino Zavala y el pintor peruano y exiliado político Felipe Cossío del Pomar fundaron la organización no gubernamental “Sociedad Amigos de San Miguel”.

Juntos, entre otros logros, gestionaron la restauración y habilitación del Teatro Ángela Peralta, la ley estatal de nombrar a San Miguel de Allende como Poblado típico, con el propósito de preservar su patrimonio cultural tangible e intangible de la Villa y, quizá, el más notable, solicitar al presidente Lázaro Cárdenas el usufructo del ex claustro del antiguo convento de la Inmaculada Concepción de María, conocido coloquialmente por los sanmiguelenses como Las Monjas para fundar un Centro Cultural.

De esa forma, a partir de 1938, con 12 elegidos por el destino y bajo la dirección e impulso de Felipe Cossío del Pomar y Stirling Dickinson fundaron en el verano del 38 —con un primer curso de artes— el Centro Cultural El Nigromante. En esos años, el propio Mojica, con la tutela del muralista de Silao, Guanajuato, José Chávez Morado, pintó un mural angelical en los muros de Bellas Artes, el cual con el tiempo fue cubierto con cal, pero de esa primera generación fueron los murales en El Nigromante y en San Miguel de Allende de Pedro Martínez, Eleonor Cohen, David Alfaro Siqueiros, Federico Cantú y hasta de Mercadillo (para bien y para mal de la estética local). 

En esa primera generación en los años 40 y 50, en caballete produjeron Leonard Brooks y Jack Goldman; en fotografía, Reva Brooks. En la transición al Instituto Allende (1950), la segunda etapa de El Nigromante y el surgimiento de una nueva generación de artistas en los años 60 y 70, entre otros artistas significativos para el desarrollo de la plástica, San Miguel contó con el talento del escultor Lothar Kastenbaum y pinceles como los de Mae Onno, James Pinto, Romeo Tabuena y, desde luego, Pedro Friedeberg, por mencionar solo a algunos.

Algunos de los artistas que han transitado entre los últimos 20 años del siglo pasado y los primeros años de este siglo XXI son: el prolijo David Leonardo, el finado David Kastenbaum, el espiritual, profundo y exquisito: David M. Díaz; y entre otros: Juan Ezcurdia, Edgardo Kerlegand y Felipe de la Torre. Algunos otros como el gran paisajista contemporáneo Juan Zaragoza o Jesús Valenzuela (Jus), incluso nos han ofrecido su arte en los muros públicos de la Ciudad como en la colonia Guadalupe. 

Pido disculpas por no poder mencionar a todo el talento artístico de San Miguel que ha marcado parte de su carácter cosmopolita y tolerantes de su comunidad, deseo mencionar a algunas mujeres artistas plásticas contemporáneas: Ana Thiel, Margarette, Marilo Carral y Ana Julia Aguado, por cierto, esta última, promoviendo de nuevo el Festival Anual de las Artes: Colectiva San Miguel 2, donde ellas cuatro, más artistas, pintores, escultores y fotógrafos como el estimado Alberto Lenz, Alexander Engel, Keith Miller, Enrique Guillén, Dawit, Santiago Corral, Ri Anderson, Lawrence Selvan, participarán colectivamente con su arte en esta colectiva que se inaugurará en el Distrito Soma a partir del 14 de agosto al medio día. Gran oportunidad para vivir uno de los soportes intangibles fundamentales del espíritu cosmopolita, tolerante y creativo de la Frontera Tierra Adentro, los maravillosos artistas plásticos contemporáneos de San Miguel de Allende.