Salud e impacto social: entrevista con el Dr. Haywood Hall

Por Rodrigo Díaz Guerrero


Platicamos con el Dr. Haywood Hall, médico urgenciólogo, quien viene de un linaje comprometido con el impacto social —su madre fue la historiadora Gwendolyn Midlo Hall y su padre el activista Harry Haywood—.
En la primera parte de esta entrevista, publicada en la edición del 5 de abril, el Dr. Hall nos compartió que tras ser testigo de un accidente automovilístico en el estado de Sonora, decidió poner sus conocimientos al servicio de la gente, creando como consecuencia el proyecto PACE, una organización internacional híbrida, comprometida con mejorar la salud y el bienestar de las comunidades, logrando el acceso equitativo a los sistemas de salud para todas las personas del mundo, a través de capacitaciones, foros y otras actividades; en San Miguel, por mencionar algunos logros, se colocó el primer desfibrilador de acceso público de Latinoamérica, y se llevó a cabo el primer simposio en reanimación —primer evento de la Federación Internacional de Medicina de Emergencia (IFEM) en América Latina—. 


Una de las premisas imprescindibles que rigen la filosofía y los quehaceres del Dr. Hall es entender que la salud no es sólo medicina, es importante entender el contexto para poder impactar realmente en las sociedades. “La salud es algo más allá que sólo la medicina, también es lo que te da el bienestar, es saber organizarse y estar capacitados para que la gente pueda ayudar a que su comunidad tenga una buena salud. Otra cosa que empecé a hacer en 2015, fue empezar a implementar la telemedicina, empecé (en EE.UU.) a trabajar como director de varios programas de telemedicina como un nuevo servicio médico, pero enlazado con la comunidad, para que la telemedicina no sólo sea la atención de un médico de manera remota, sin considerar el contexto de la persona atendida”.

RDG: Entonces, si la telemedicina es la asistencia de un médico vía internet, este tipo de servicios ¿no excluye a las comunidades en las que difícilmente hay internet?

HH: Aquí estamos hablando de sitios en los que los accesos son difíciles, donde es complicado llegar a un centro de salud, donde estás en medio de la nada. Seguramente pronto habrá internet en cualquier lugar, obviamente no estamos en este punto, pero también estamos hablando de redes de gente, y habrá gente dentro de las comunidades que sí llega a áreas donde pueden comunicarse a través de aplicaciones, y así mejorar el manejo de pacientes. Creo que el concepto general es cerrar la brecha entre las necesidades de una persona y los profesionistas que pueden ayudar. Hay cosas que se pueden hacer, y que pueden hacer la diferencia. Y ahora viene más tecnología, y vendrá más conocimiento y podremos crear comunidades de aprendizaje y comunidades de práctica, y podremos mover más rápido la información; esto puede tener efectos directos e indirectos de varias maneras, no sólo en una comunicación directa con un paciente que tal vez ni tenga internet.

RDG: Digamos que la telemedicina puede potenciar a quienes están en capacidad de ayudar, dándoles información en tiempo real, para mejorar una situación determinada.

HH: Exactamente, por ejemplo: el 70% de los casos de hemorragia postparto se pueden controlar con un masaje externo de útero, y eso resuelve mucho, sobre todo en términos de tiempo. Hay varias acciones muy básicas que puede hacer la gente y que evita desastres, cosas que todos deberían saber. Pero sí, todo va a cambiar, está cambiando muy rápido, la telemedicina es una, las aplicaciones, monitoreo remoto de pacientes; he visto hasta conceptos de hospitales en casa, donde se puede llevar equipo y personal al hogar. Van a cambiar muchas cosas, vamos a ver muchos cambios en el área de salud, la tecnología está cambiando muy rápido.

RDG: Incluso cada vez está más al alcance el uso de IA, ¿cuál es su opinión sobre el uso de la IA, cómo afectará la atención médica y cómo se podrá garantizar su uso de manera ética y equitativa?

HH: Esta es un área muy compleja. Yo creo que lo más sano es verlo como “inteligencia aumentada”, hay que usarlo como una herramienta más para la persona que lo esté usando; obviamente si lo está usando alguien que no tiene conocimiento, ni ética, puede usar esto y el resultado será el reflejo de lo malo que es la persona en cuestión. Creo que es razonable detenerse a pensar qué está pasando con todo esto, puede ser algo peligroso, ciertamente. Por ello debe haber un experto que pueda revisar, en cualquier cosa debes conocer los límites de la herramienta que estás usando. La IA puede construir un escenario que es lógicamente perfecto, pero que puede no coincidir con la realidad: alguien tiene que guiar estas herramientas que seguro serán muy poderosas. El conocimiento, que bien te lo puede dar la IA, no lo es todo, no es suficiente. Si de veras quieres tener impacto —y esto lo hemos aprendido en los cursos—, necesitas destreza. En algunos de nuestros cursos hacemos simulaciones para ejercitar la destreza. Y también necesitas experiencia: la práctica de ese conocimiento que te permite saber cuándo puedes hacer tal cosa y cuando no en diferentes situaciones. No es lo mismo trabajar con un modelo que tiene un peso regular que con una persona de más de 150kg; ni otras variaciones, como trabajar en un lugar donde no hay ciertos medicamentos, la potabilidad del agua, etc., que son problemas sociales y no técnicos.

RDG: ¿Qué planes para el futuro tiene el Dr. Hall?

HH: Queremos crecer nuestra Asociación Civil en San Miguel, trabajar más la parte de impacto social. En EE.UU. estamos con un proyecto para formar urgenciólogos en la frontera. Y sí, la parte de salud digital es nuestro reto más grande: desarrollar nuestra App, obviamente, pero antes resolver cómo vamos a implementar el servicio en ciudades y comunidades. Yo no creo que la aplicación desde el ciberespacio sirva si no se entiende el contexto de la comunidad, y estamos viendo cómo integrar esa parte. Debe ser un servicio híbrido, pues como dije, tiene que haber una persona que se convierta, verdaderamente, en un agente de cambio.